Todo territorio, ya sea una región o un país, enfrenta diversas condiciones que dificultan o entraban significativamente su desarrollo, a estos llamaremos nudos críticos. El desafío político no es administrar dichos nudos, sino elaborar estrategias que los eliminen o los reduzcan drásticamente.
El desarrollo es el resultado de un crecimiento económico sostenible y sustentable, acompañado de una mejor calidad de vida de los habitantes de un territorio, lo que se traduce en una equilibrada distribución de los ingresos, en bajos niveles de pobreza, en empleo estable y remuneraciones aceptables para toda la población, viviendas adecuadas, acceso a un sistema de salud de calidad para toda la población, un sistema educacional inclusivo y basado en el aprendizaje con capacidad de desarrollar competencias para insertarse en una sociedad cada vez más cambiante, sentido de pertenencia a una comunidad, entre las variables más relevantes. En otras palabras, el crecimiento económico, por sí mismo, no implica lograr o ser un país o región desarrollada.
El crecimiento económico regional, responde al modelo de desarrollo nacional el cual se caracteriza en torno a cuatro elementos centrales: poca regulación de la economía por parte del Estado, venta de commodities, principalmente cobre y litio; alta carga impositiva para la población y una concentración de la riqueza, expresada en las cifras que el 1% de la población se lleva para sí el 26,5% del Producto Interno Bruto del país.
Más allá de estas breves constataciones, la pregunta es ¿Qué impide o condiciona el desarrollo de Tarapacá?
- La no capitalización de los excedentes económicos que produce.
Desde la época colonial hasta hoy, Tarapacá no ha podido capitalizar lo que produce. Desde la existencia de la explotación de la mina de Huantajaya, incluyendo la gran explotación del salitre y hoy la explotación del cobre, todos los impuestos cobrados por dichas actividades económicas nunca han quedado en la región, siempre han emigrado a los centros políticos, como era el virreinato de Lima o Santiago de Chile. Esto produce una dependencia económica de nuestra región y con ello los proyectos que buscan el desarrollo regional quedan supeditados a un poder político centralista y presidencialista.
- ¿Cuál es la palanca de desarrollo de Tarapacá?
Todo territorio para desarrollarse define su base material, una actividad económica que hace viable su existencia y permanencia como sociedad.
Desde una perspectiva histórica algunos podrán afirmar que la región siempre ha sido minera: plata, salitre y hoy el cobre. Pero como señalamos en el punto anterior, ningún excedente fue internado a la región; en otras palabras, la definición de una palanca de desarrollo permite que el territorio capture para sí los excedentes que producen, lo que a su vez permite la reinversión en aquellas áreas claves para el desarrollo de la región.
Hoy Tarapacá no tiene definida una palanca de desarrollo que le permita capturar excedentes y reinvertir, en consecuencia la región está impedida de definir sus prioridades, priorizar inversiones, definir el capital humano que requerimos y definir alianzas estratégicas claves para el desarrollo regional.
Lo diremos de una forma coloquial, si escuchamos a un grupo musical podemos captar todo su potencial, si escuchamos a varios grupos musicales cantando simultáneamente, será muy difícil capturar el potencial de cada uno de ellos.
- Una región que no planifica su desarrollo.
Tarapacá es la región más neoliberal del país, las grandes decisiones se toman según el mercado, lo que se traduce en una mirada inmediatista y no abunda la mirada de corto y largo plazo.
Las intenciones de planificar el desarrollo urbano se vio frustrado porque para el mercado inmobiliario es más rentable sobreexplotar el actual espacio urbano que emprender una expansión a otros terrenos.
De parte del Estado, a través del gobierno regional, la Estrategia Regional de Desarrollo no puede ser un popurrí de ideas que no definen una palanca de desarrollo, que no contribuye a fijar prioridades de inversión.
- Gestión de los recursos hídricos.
La primera información confiable sobre los recursos hídricos en la Pampa del Tamarugal fue un estudio realizado por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) a mediados de los años ochenta y refrendado el año 1995.
Los recursos hídricos son el talón de Aquiles del desarrollo regional, su disponibilidad o escasez condiciona las actividades productivas y los asentamientos humanos. Por ello es urgente y prioritario su gestión desde el punto de vista del bien común y este recurso no puede estar sujeto a las leyes del mercado.
Es importante no confundir las causas de las consecuencias.