El trabajo de la región en materia de justicia penal juvenil, con la incorporación de la defensora Paulina Aracena y la intervención directa de la Jefa de Estudios Regional, Karina Reyes Gálvez, cumple casi un año con resultados destacados; no solo por la satisfacción de estándares de gestión, sino también por colocar el acento en aquella especial visión que todo y toda Defensora Penal de Adolescentes debe tener como norte: la reinserción social efectiva de las personas atendidas.
De forma cooperativa con los actores del sistema, las profesionales han procurado implementar medidas alternativas a la judicialización, logrando un balance positivo en su funcionamiento y en los resultados obtenidos. Este resultado ha sido destacado no solo a nivel regional, sino que además ha sido reconocido desde la Defensoría Nacional al evaluar la evolución de la implementación de la reforma a este modelo de justicia especializado en el país.
Se debe destacar que se ha consolidado un modelo de atención especializado que responde a los desafíos actuales de la justicia juvenil y sus modificaciones legales. En efecto, este cambio coincide con la promulgación de la Ley N° 21.527, que en 2023 creó el Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, reemplazando al SENAME y enfocándose en la reintegración social de adolescentes en conflicto con la ley. La referida norma legal se está implementando de forma gradual en el país, y Tarapacá es una de las regiones que “dio el puntapié inicial” a su puesta en marcha.
Según datos de la Defensoría de Tarapacá registrados durante el 2024, 32 mediaciones alcanzaron un resultado positivo, lo cual representa un avance significativo en los esfuerzos de mediación juvenil. Solo 7 de los casos tuvieron que ser judicializados, lo que demuestra la efectividad del modelo implementado.
Paulina Aracena, defensora RPA de Tarapacá, expresó: “Nuestro objetivo es evitar la judicialización de causas de adolescentes a través de herramientas nuevas que nos brinda la ley. La mediación en nuestra región ha sido todo un éxito; se evitan estigmatizaciones en jóvenes que deben enfrentar un proceso judicial formal, siendo un acierto en términos preventivos y de apoyo a la reinserción efectiva.”
UN COMPROMISO QUE CRECE
El compromiso de la región también se refleja en la baja tasa de judicialización, con un 90 % de los casos solucionados fuera de tribunales. Este enfoque proactivo y centrado en el bienestar y la reinserción de las y los jóvenes se ha posicionado como una alternativa clave para evitar la estigmatización temprana y reducir la reincidencia. Al respecto, Karina Reyes, jefa de estudios de Tarapacá, enfatizó: “Nosotros creemos que el rol de la justicia juvenil debe ser restaurador y no punitivo. La Defensoría ha hecho un gran esfuerzo en ofrecer una respuesta integral y justa, y estos resultados son reflejo de ese compromiso”. Junto con aquello, y a título de primicia, la directiva regional anunció la formalización de la Unidad Regional de Defensa de Adolescentes.
El trabajo en materia RPA de la Defensoría de Tarapacá ha sido posible gracias al esfuerzo de un equipo multidisciplinario que se ha formado y especializado en justicia juvenil. Gabriel Carrión, Defensor Regional de Tarapacá, resaltó y valoró el aporte que ha significado el trabajo del equipo.
Añadió que, frente a la alta demanda en materia de cobertura, se han incorporado al trabajo regional en esta especialidad a Defensores y Defensoras del subsistema privado, procurando su capacitación y logrando satisfacer los requerimientos y audiencias en las tres jurisdicciones de Tarapacá.
“Estamos muy orgullosos del impacto que hemos logrado con esta forma de trabajo, y claramente se justifica la evaluación de la formalización de una Unidad Regional de Defensa Penal de Adolescentes con todo lo que aquello significa. Nuestro compromiso es seguir perfeccionando esta labor y ofrecer una defensa orientada al respeto y la justicia”, agregó.
La Defensoría de Tarapacá y la defensa RPA seguirán trabajando para fortalecer la justicia juvenil, desarrollando modelos de intervención temprana centrados en la dignidad y los derechos de cada joven, construyendo así un futuro más justo y solidario. Con esta labor, no solo se contribuye a un sistema de justicia más inclusivo, sino que también se impacta positivamente en las vidas de adolescentes y sus familias, brindando oportunidades de cambio y crecimiento.
