En la madrugada de este viernes 6 de junio, un avión con 43 chilenos deportados desde Estados Unidos aterrizó en suelo nacional, específicamente en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez en Santiago.
Se trata del segundo avión que llega a territorio nacional con chilenos que se encontraban en incumplimiento de la normativa legal del país norteamericano. Además, se suma al primero ocurrido el pasado 22 mayo, cuando 45 connacionales llegaron a Chile.
En un comunicado de prensa, el Gobierno informó que “al igual que en el vuelo anterior, se realizó el control migratorio correspondiente para el ingreso a Chile, en el cual se verifica la identidad de quienes llegaron en el avión” y que “dos personas fueron puestas a disposición de la justicia”.
Asimismo, la ministra vocera de Gobierno (s), Aisén Etcheverry, explicó que “esto responde a un endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos que en general no tiene una particularidad con Chile, sino que es un proceso que afecta a todos los países del mundo”.
En este sentido, la autoridad puso énfasis en que el Ejecutivo mantiene “una coordinación estrecha con el gobierno de Estados Unidos en distintas materias, y que incluye a esta, por supuesto”.
“Coordinación que se lleva adelante a través de las distintas autoridades, nuestro embajador, de los distintos ministerios que están involucrados en materias tan diversas como el comercio, la seguridad, incluso las materias científicas”, agregó.
Sobre la información de las personas que llegaron en el vuelo, Etcheverry dijo que “se entrega de manera oficial por el Ministerio de Interior, una vez que esas personas salen del aeropuerto y están en los lugares donde les corresponde estar, entendiendo que se hace todo el proceso de ingreso con Policía Internacional”.
“Se hace un análisis de si tienen antecedentes, si hay órdenes en su contra, si es que no, si es que necesitan algún tipo de apoyo, y por lo tanto el Estado completo se despliega para poder hacer esa recepción de la mejor manera posible”, acotó.
