La Mañana por Paulina

    Desigualdades entre regiones disminuyen en la última década en Chile

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    Un nuevo estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, describe y analiza las desigualdades existentes entre las regiones del país en áreas clave del desarrollo, explorando su evolución en años recientes.

    En el marco de la implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, el documento ‘Desigualdad regional en Chile: ingresos, salud y educación en perspectiva territorial’ revela que durante la última década todas las regiones han logrado avances importantes en estas áreas. Esto es especialmente cierto al utilizar indicadores de desarrollo que pueden considerarse básicos, como el nivel de cobertura de los servicios, la esperanza de vida, el nivel de ingresos y las tasas de pobreza, entre otros.

    En este contexto de avances generalizados el estudio revela, sin embargo, importantes y persistentes brechas interregionales en indicadores de desarrollo más exigentes, como el porcentaje de trabajadores que reciben salarios bajos en cada una de las regiones, el acceso a médicos especialistas, o la calidad y diversidad de la oferta educativa disponible en los territorios.

    Marcela Ríos, Representante Residente Adjunta del PNUD, señala que ‘este estudio entrega información actualizada y detallada sobre la realidad de las distintas regiones, y permite dimensionar los avances y logros que han alcanzado durante la última década, pero también los desafíos que enfrentan en el camino al desarrollo sostenible. De cara a la futura elección de gobernadores regionales, creemos que este estudio será un importante insumo para el diseño de políticas públicas territorialmente pertinentes’.

    Brechas en ingresos

    Este estudio muestra que los niveles de pobreza han caído a lo largo del país y se han reducido las brechas entre regiones. También han aumentado los ingresos promedio de los hogares en todas ellas. Sin embargo, aún existen brechas interregionales pronunciadas.

    Así, por ejemplo, la Región Metropolitana que concentra poco menos del 40% de los hogares país, tiene a su vez más del 60% de los hogares de mayores ingresos. Lo contrario sucede en las regiones entre O’Higgins y Los Lagos, donde más del 50% de los empleos pagaba el año 2017 salarios bajos, que no permitían a un trabajador mantener un hogar de tamaño promedio sobre la línea de la pobreza, aún trabajando 30 o más horas a la semana.

    Los datos sugieren que la distribución de los salarios e ingresos a lo largo del país se asocia de cerca a la estructura productiva de las distintas regiones. Las regiones mineras del norte y la Región Metropolitana tienden a tener, por ejemplo, mayores ingresos que las regiones de la zona centro-sur, cuya principal fuente de empleo corresponde a agricultura, ganadería y silvicultura, y donde predominan los bajos salarios.

    La dimensión de género de las desigualdades de ingresos entre regiones

    La investigación revela que la distribución regional de salarios bajos está fuertemente estratificada por sexo. Por una parte, los datos muestran que en todas las regiones las mujeres reciben salarios bajos en mayor proporción que los hombres. Las mayores brechas se dan en las regiones del norte y del extremo sur, que son a su vez las que concentran mayores ingresos promedio de los hogares. Por otra parte, en regiones con menores ingresos y mayores porcentajes de pobreza, las diferencias de género son menos pronunciadas.

    Acceso a salud oportuna

    El acceso a recursos sanitarios -humanos y de infraestructura- indispensables para garantizar una atención en salud oportuna, es otro de los aspectos críticos de las desigualdades interregionales en Chile. Los datos muestran que, mientras las regiones Metropolitana y de Magallanes se benefician de una alta densidad de médicos especialistas, otras como el Maule, Tarapacá, O´Higgins y Coquimbo presentan una baja tasa de estos profesionales, que se acompaña de deficiencias en infraestructura de salud.

    Brechas en la oferta y calidad educativa

    Si bien a nivel escolar los datos de asistencia son positivos, en educación superior las brechas en la cantidad de carreras y la calidad de los programas impartidos en cada una de las regiones son notorias. Las regiones del Biobío, Metropolitana y Valparaíso presentan altas tasas de oferta educacional en universidades (especialmente privadas) e institutos profesionales. Por el contrario, las regiones del Maule, Aysén, Atacama, Coquimbo y O´Higgins presentaban al año 2015 una baja densidad de alternativas educativas para el nivel superior. Es importante considerar que, a partir de 2017, tanto O´Higgins como Aysén cuentan con universidades estatales. La calidad de las instituciones de educación superior es especialmente dispar entre las regiones. Según datos recogidos en el estudio, el 2017 la región Metropolitana, Valparaíso y Biobío concentraban el 76% de los y las docentes con grado de doctor en el país.

    La desigual distribución territorial de alternativas educativas de calidad en el nivel superior se refleja en la alta tasa de migración por estudios que presentan algunas regiones. En 2016, solo el 2,4% de los jóvenes de la Región Metropolitana que ingresó a la educación superior migró por razones de estudio. Por el contrario, desde O´Higgins ese año migró casi la mitad de los jóvenes que ingresó a la educación superior y desde Aysén, aproximadamente el 60%. Las tasas son aún más altas entre quienes obtienen altos puntajes.

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