En la mañana del 18 de octubre, mismo día del estallido social, un equipo de 5 profesionales del Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico, encabezado por el doctor Enrique Morales Castillo, ingresó a la sección de máxima seguridad de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), para realizar una evaluación médica a Mauricio Hernández Norambuena, quien se encuentra recluido en ese módulo desde su arribo el 20 de agosto de 2019, tras su extradición desde Brasil para cumplir dos condenas de 15 años por el crimen de Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards.
El peritaje se realizó a petición del propio Mauricio Hernández y su familia, en coordinación y presencia del Instituto Nacional de Derechos Humanos, bajo el marco de protocolo de Estambul y Reglas Mandela. En él se concluye: “La actual situación de reclusión en Chile, son muy consistentes y concordantes con la definición de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes reconocida a nivel internacional”.
Laura Hernández, hermana del ex frentista, señala que “la solicitud que Mauricio y nosotros realizamos al Colegio Médico respondió a que nuestro hermano ha sufrido un aislamiento permanente que se prolonga por más de 17 años, lo que ha deteriorado su salud. Además, que viola los convenios firmados por Chile y se convertirte en un doble castigo”.
El 6 de enero, la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones, frente a amparo interpuesto por el abogado de Mauricio Hernández, Alberto Espinoza, en contra de Gendarmería justamente por las condiciones de su encierro, indicó que el ”régimen carcelario de máxima seguridad y segregación total al que se sujeta a Hernández Norambuena es una decisión de carácter técnica, determinada por la recurrida teniendo en cuenta sus antecedentes judiciales, el perfil criminógeno y el grado de compromiso delictual”.
El tribunal de alzada también detalló cómo Hernández Norambuena se encuentra en la cárcel, señalando que ”habita en una celda de aproximadamente 6 metros cuadrados, con condiciones de ventilación y luminosidad que se estima adecuadas, permanece aproximadamente 21 horas al día en la celda y sale una hora y media al patio”.
En el caso del informe médico también se detallan las medidas de la celda, pero agrega que las celdas contiguas a las de Hernández están vacías y además, todo el piso está vació. Respecto al desencierro al que Hernández accedería, señala: “Es llevado a zona siempre en absoluta soledad y aislamiento y que es el único interno que estaría con esta restricción. Cabe destacar que, estando en ese patio no es posible ver a las personas de los patios contiguos, por lo que el Sr. Hernández no tiene contacto físico ni puede ver a la cara a otras personas, excepto a los funcionarios de Gendarmería que lo vigilan”.
Para el Departamento de Derechos Humanos Colegio Médico, existe una extensa documentación de los efectos nocivos sobre la salud física y mental de las personas que son sometidas a regímenes de aislamiento en centros penitenciarios, que superen los 15 días seguidos.
A partir de este punto, los profesionales del Colegio detallan que “sí consideramos que el Sr. Hernández Norambuena desde su regreso a Chile lleva al día del cierre de este informe 139 días de reclusión en condiciones de aislamiento total y que venía de cumplir con similares condiciones de aislamiento por 17 años (6205 días), es decir supera el límite establecido en materia de aislamiento (15 días) en 9,2 veces con respecto a lo sufrido en Chile, pero en aproximadamente 413 veces lo experimentado en Brasil. Por tanto, los peritos autores de este informe consideramos de forma unánime, que la decisión de haber sometido y mantener al Sr. Mauricio Hernández Norambuena a las actuales condiciones de aislamiento en Chile, constituye una forma de tratos crueles, inhumanos y degradantes. Además, concordamos adicionalmente, que se trataría de una forma de tortura, lo anterior porque no es posible separar lo vivido por una persona y que el tiempo que lleva de aislamiento forzado en Chile, se suma al antecedente de su reclusión en Brasil, por lo que la mantención de las actuales condiciones agrava cada día los efectos sobre su salud mental y física”.
El informe, junto con dar cuenta de la situación médica del Comandante Ramiro, entrega recomendaciones respecto a que se debiera hacer con el interno, y con todo aquel que se encuentre en dicha sección de máxima seguridad: “Modificar de manera inmediata las condiciones de régimen penitenciario a que es sometido el Sr. Mauricio Hernández Norambuena y cualquier otra persona que viva condiciones de régimen penitenciario similares, de manera de no poner en riesgo su integridad física y salud mental, así como sus Derechos Fundamentales, permitiendo cumplir su pena de privación de libertad, de acuerdo con los estándares nacionales e internacionales en materia de Derechos Humanos”.
Frente a lo expresado por el informe, Laura Hernández es tajante: “Esperamos que la Corte Suprema contemple las recomendaciones realizadas por peritos independientes, ahora que debe pronunciarse sobre el amparo presentado por nuestro abogado Alberto Espinoza, que denunció la situación inhumana y degradante en la que se encuentra Mauri, y que es ratificada en este informe”.