Visibilidad de menos de un kilómetro, calles prácticamente vacías y una espesa niebla de color marrón que parecía envolverlo todo: Pekín vivió este lunes su peor tormenta de arena en una década que, además, disparó los ya altos niveles de contaminación acumulados en las últimas semanas.
La apocalíptica estampa, que no se veía desde hace años, provocó la suspensión o la cancelación de cientos de vuelos mientras que las autoridades aconsejaron a los residentes que se quedaran en casa y a los conductores que tomasen precauciones por la mala visibilidad.
La tormenta se originó el domingo en la vecina Mongolia, donde hasta ahora ha dejado 10 muertes y cientos de desaparecidos, según los departamentos locales de gestión de emergencias.
Las fuertes ráfagas de viento, de entre 18 y 34 metros por segundo, y de nieve provocaron que nueve personas murieran en la provincia de Dundgovi, mientras que un niño de cinco años falleció en la de Arkhangai, informaron estos organismos.
Además, los equipos de rescate del país han encontrado a 467 personas con vida de las 548 que desaparecieron sin dejar rastro tras la tormenta y por el momento continúan la búsqueda de las restantes.
Calentamiento global
En China, la tormenta no sólo ha afectado a Pekín, sino que también se ha extendido por toda la región septentrional del país.
En consecuencia, el Centro Meteorológico Nacional emitió hoy una alerta “amarilla” en hasta 12 regiones que, según pronostica, quedarán cubiertas de arena y polvo.
El centro advirtió de que es probable que la situación se prolongue hasta bien entrada la tarde, cuando el viento comenzará a diluirla, aunque podría retornar mañana debido a otras corrientes provenientes del sur.
El director del Instituto de Asuntos Públicos y Medioambientales de China (IPE, por su acrónimo inglés), Ma Jun, se mostró sorprendido por este inusual fenómeno dado que las tormentas de arena habían disminuido en la capital china en los últimos años gracias a diversas medidas de reforestación y plantación de árboles.
“Pekín se encuentra rodeada de zonas secas en las que apenas llueve, como Mongolia Interior, con lo que siempre ha estado expuesta este tipo de tormentas. Es sin duda la peor de los últimos diez años y sorprende por todas esas medidas que se habían tomado”, indicó el director.
El experto apunta a que el calentamiento global podría estar provocando que la Tierra “sea más propensa” a que los fuertes vientos arrastren grandes cantidades de arena y polvo de suelos desnudos y secos a la atmósfera.
“La tormenta de arena de hoy se debe principalmente a factores naturales, pero también muestra que nuestro entorno ecológico aún es muy frágil“, admitió el viceministro del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente, Zhao Yingmin.