La Mañana por Paulina

    Mineros de la Edad de Bronce tenían su propio servicio de reparto de comida

    Científicos presentaron pruebas que respaldan la idea de que los yacimientos mineros de la Edad de Bronce dependían de fuentes externas para suministrar alimentos preelaborados.

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    En un artículo publicado en la revista PLOS ONE, científicos de la Academia Austriaca de Ciencias y de la Universidad de Innsbruck presentaron pruebas que respaldan la idea de que los yacimientos mineros de la Edad de Bronce dependían de fuentes externas para suministrar alimentos preelaborados para mantener a la comunidad y evitar así desplazamientos a media jornada.

    Según los investigadores, se cree que en los antiguos yacimientos mineros de cobre estaban comunidades especializadas de artesanos y mineros que no producían sus propios alimentos, por lo que los necesitaban de fuentes externas.

    Mientras que algunas investigaciones han examinado los alimentos de origen animal comunes a estas comunidades, pocos estudios han investigado los alimentos de origen vegetal. En este estudio, el científico Andreas Heiss y sus colegas contribuyen a este debate con un examen de los restos vegetales del yacimiento minero de Prigglitz-Gasteil, en los Alpes Orientales de Austria, que estuvo activo entre los años 1.100 y 900 a. C.

    Variedad de restos vegetales de cereales

    El estudio identificó una variedad de restos vegetales de cereales que mostraban signos de diversas formas de procesamiento, como la molienda y el descascarillado, pero pocas pruebas de restos vegetales desechados durante el procesamiento, como la paja, o de herramientas utilizadas para procesar el material.

    Los expertos encontraron algunas legumbres (principalmente lentejas) y frutos como nueces, manzanas, fresas o moras. Su dieta se completaba con cerdo, ternera y cordero, algo muy habitual a finales de la Edad de Bronce.

    “La mina está rodeada de un paisaje perfecto para la agricultura, por lo que es muy probable que las provisiones de los trabajadores provinieran de los alrededores”, dijo Heiss.

    Esto sugiere que gran parte de los alimentos de cereal del yacimiento se procesaban y posiblemente se cocinaban fuera del lugar antes de ser entregados a los mineros, y presenta la idea de la cocina de grupos específicos como un tema arqueobotánico digno de mayor consideración, más allá de los simples restos vegetales.

    Aunque estos resultados coinciden con los análisis de otros yacimientos mineros de la Edad del Bronce de los Alpes Orientales, sigue sin estar claro dónde se procesaban originalmente estos alimentos suministrados.

    Los autores esperan que nuevos estudios sobre los restos de plantas de cereales y los utensilios de cocina de Prigglitz-Gasteil y otros yacimientos ayuden a los arqueólogos a reconstruir los detalles de cómo se abastecían los yacimientos especializados.

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