El continente americano ha sido la región más afectada por el Covid-19, con más de 54 millones de casos y 1,3 millones de muertes. Estados Unidos, Brasil y México presentan las cifras de víctimas más altas del mundo.
Así destacó la ONG Amnistía Internacional, que presentó su informe a la situación de los derechos humanos en el mundo durante el 2020.
En Chile, según el último informe entregado por el Ministerio de Salud hay 1.043.022 personas contagiadas por coronavirus, mientras que el total de decesos a nivel nacional asciende a 23.796 personas fallecidas.
El Informe 2021/21 Amnistía Internacional. La Situación de los derechos humanos en el mundo, con respecto a la situación sanitaria del país indicó que “la desigualdad, la discriminación estructural y el débil liderazgo del gobierno actual abonó el terreno para que el COVID-19 se propagara con una brutal fuerza en el territorio”.
“Si el gobierno nunca reconoció el colapso del sistema de salud que sí vivieron varios hospitales públicos de zonas más populosas y que atienden a población de menores recursos, difícilmente se iban a preparar como correspondía para la nueva ola de contagio que vemos hoy en día”, manifestó Ana Piquer, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Chile.
Además, en el país al menos 80 trabajadores y trabajadoras de la salud han fallecido por Covid-19, en ese sentido, Amnistía Internacional constató que durante el peak de la pandemia a mediados del 2020, el personal de salud trabajó en situaciones de colapso y sin un apoyo efectivo.
Con respecto a las manifestaciones sociales en Chile el informe señaló que las policías ha continuado revelando una intención de castigar a quienes se manifiestan, más que controlar el orden público.
“Por otra parte, hemos visto el proceder ambiguo, inexplicable e incluso grosero de Carabineros que mientras reprimían algunas marchas, resguardaban otras. Esto es una muestra más de que los abusos y la discriminación siguen arraigados en nuestras instituciones y sociedad”, dijo Ana Piquer.
En el país, tanto en la crisis sanitaria como en la crisis de los derechos humanos, el liderazgo que se requería no vino del Gobierno, sino que vino de la misma gente, como el personal de salud, organizaciones de la sociedad civil, brigadistas, observadores de los derechos humanos, prensa independiente y de quienes organizaron ollas comunes.
“En el caso de Chile, si observamos sobre cómo estábamos hace un año, vemos que la situación está igual o peor. Además, tenemos al frente a un gobierno que actúa como si nada pasara. Que ha dicho incluso ante Naciones Unidas que Chile ya ‘volvió a la normalidad’ después del estallido social, que reitera discursos que equiparan indebidamente protesta y delincuencia, y que persiste en tratar las violaciones generalizadas de derechos humanos como si fueran casos aislados“, concluyó la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Chile.