Los servicios de extinción del incendio declarado hace tres días a unos 60 kilómetros de Atenas, y que de momento ha arrasado una superficie de 5.000 hectáreas, consiguieron consolidar su perímetro este sábado.
El fuego está retrocediendo y, aunque sigue habiendo cientos de focos dispersos por la zona, los frentes más violentos ya han sido controlados, según aseguró a la agencia griega de noticias AMNA el teniente general Stefanos Kolokuris, al frente de las brigadas antincendios.
El control de llamas se ha conseguido en gran parte gracias a la disminución de los fuertes vientos que desde hace días soplaban en la zona y que han pasado de rachas de incluso fuerza diez en la escalada de Beaufort a fuerza dos.
Kolokuris vaticinó que las llamas puedan estar completamente extinguidas a última hora del domingo.
El incendio, que ya se ha confirmado fue causado por la quema de desechos agrícolas en un olivar -una práctica prohibida en esta época del año precisamente para evitar lo ocurrido-, no sólo ha destruido decenas de casas de veraneo sino que ha arrasado un pinar virgen que suponía uno de los principales pulmones de esta zona de Grecia cercana a la capital.
Precisamente en Atenas, la atmósfera quedó oscurecida durante horas por el humo y las cenizas del incendio, que alcanzaron incluso algunas islas Cícladas y del archipiélago del Dodecaneso.
Según la unidad meteorológica del Observatorio Nacional de Atenas, uno de los principales motivos por los que este incendio ha tenido un alcance tan devastador es la sequía sufrida en la zona. Entre mediados de febrero y la declaración del incendio sólo llovió seis días.
Esta tarde se declaró otro incendio cerca de Pirgos, en el oeste del Peloponeso, que de momento ha quemado una hectárea de bosque.
