Con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó proyecto que prohíbe la instalación y funcionamiento de centrales termoeléctricas.
Esta norma comenzará a regir a partir del 31 de diciembre del año 2025 para las plantas que tengan menos de treinta años de antigüedad.
En Chile existen una veintena de centrales termoeléctricas a carbón en operación con una potencia instalada de 5.529 MW, ubicadas en Iquique, Mejillones, Tocopilla, Huasco, Puchuncaví, Curicó, Hualpén y Coronel.
En todas las localidades han sido declaradas zonas saturadas de contaminantes atmosférico y sometidas a planes de descontaminación.
En la instancia se alertó al Gobierno de la necesidad de implementar medidas para resguardar las fuentes laborales que se verían afectadas.
Sobre dicho punto se refirió el ministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet, quien aseguró que “si de mí dependiera, las cerraría mañana”.
Pero esto no es posible, Jobet explicó que de cerrar las centrales termoeléctricas antes de lo previsto, significaría comenzar electricidad con petróleo que, además de ser igual o más contaminante, es mucho más cara.
