El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique condenó a Javier Andrés Castro Céspedes a la pena efectiva de 20 años de presidio, en calidad de autor del delito consumado de robo con violación. Ilícito perpetrado en julio de 2019, en la comuna de Alto Hospicio.
En fallo unánime, el tribunal integrado por los magistrados Arturo Fernánde, Juan Pozo y Camila Suazo aplicó, además, a Castro Céspedes las penas accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena.
Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.
El tribunal dio por acreditado que aproximadamente a las 8:40 horas del 18 de julio de 2019, la víctima se encontraba en la intersección del pasaje 38 con la avenida Gabriela Mistral, comuna de Alto Hospicio, esperando locomoción colectiva. Lugar donde abordó el vehículo que conducía Castro Céspedes, con quien acordó el traslado hasta la feria donde trabajaba, ubicada en el sector de La Quebradilla, por un valor de $3.000.
Una vez a bordo del vehículo, el acusado desvía el camino y se dirige a un sitio eriazo, a lo que la víctima le señaló que iba por un rumbo equivocado, procediendo Castro Céspedes a golpearla en el rostro, tomándola por el pelo, para luego sacar un cuchillo que puso en sus costillas, mientras la amenazaba diciéndole que la podía matar, porque recién había salido de la cárcel y era un asesino, procediendo a sustraerle su teléfono celular marca Samsung.
Acto seguido, el acusado toma a la víctima nuevamente del pelo y la obliga a practicarle sexo oral. Al ver que la víctima no cumplía a cabalidad sus requerimientos, nuevamente la golpea para luego, con el afán de seguir sustrayéndole especies, le pregunta si en su domicilio tenía objetos de valor. La víctima temiendo por su vida, le dijo que en su casa mantenía 90 mil pesos, por lo que Castro Céspedes la llevó de regreso, no sin antes amenazarla y señalarle que mataría a sus hijos y marido si contaba lo que estaba pasando. Al llegar al domicilio, la víctima entró y buscó el dinero, el que, por temor, entregó al acusado.
A consecuencia de las agresiones, la víctima resultó con lesiones de carácter menos graves.
Para la determinación de la pena, el tribunal consideró “primero que, en el extracto de filiación y antecedentes del acusado, constan anotaciones prontuariales anteriores, no teniendo irreprochable conducta anterior, y en segundo lugar, la extensión del mal causado ocasionado, (…ya) que los hechos generaron en la víctima una depresión severa, de carácter post traumática, existiendo daño en su esfera personal, emocional, familiar y laboral”.