Por unanimidad el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó la solicitud de declaratoria como Monumento Nacional, en la categoría del Monumento Histórico, a la piscina olímpica de Arica.
Esta estructura fue diseñada por los arquitectos Alicia Meza, Nelson Berthelon y Sergio Román, en el marco de las acciones impulsadas por la Junta de Adelanto de Arica, vigente entre 1958-1976, entidad regional descentralizada de carácter único en el país, que le dio una nueva cara a la ciudad con un conjunto de obras y planificación urbana bajo los preceptos de arquitectura moderna, en un periodo de bonanza económica. Entre ellas destacan el estadio Carlos Dittborn (1962), el Fortín Sotomayor (1965), el estadio de la Liga de Empleados (1961), el hipódromo (1964) y la piscina olímpica (1972). Todos, recintos orientados a la práctica del deporte formativo, recreativo, competitivo y de alto rendimiento, lo que se impulsaba además con la realización de torneos de carácter nacional e internacional.
La piscina olímpica, ubicada en la Población Chinchorro Bajo, en el borde costero de Arica, fue inaugurada en 1972 para el Campeonato Panamericano de Natación, Polo Acuático y Saltos Ornamentales, y se ha seguido utilizando de manera ininterrumpida por la comunidad ariqueña por 50 años, para diversas prácticas deportivas. Junto con la Zona Típica Conjunto Habitacional Lastarria, sería la segunda obra de este período de crecimiento urbano en la ciudad declarado como Monumento Nacional.
Entre sus atributos arquitectónicos destaca la rampa de acceso de hormigón armado que permite observar de manera panorámica el entorno costero antes de acceder al edificio, las dos piscinas elevadas del suelo a modo de bateas, las tribunas dispuestas en forma de “L” sobre un basamento que funciona como oficinas, camarines, salas de entrenamiento y la torre de periodistas, de particular fisonomía en forma de copa, que corresponde a la altura máxima del edificio.
La solicitud de declaratoria fue realizada por el arquitecto Esteban Balcarce, el 31 de julio de 2020, y fue apoyada por el Centro de Patrimonio Cultural de la Universidad Católica y el Colegio de Arquitectos de Chile.
“La piscina olímpica tiene variadas cualidades arquitectónica y artísticas que lo hacen meritoria de ser monumento, una de las principales es su permanencia y el uso continuo por parte de la comunidad ariqueña”, indicó Balcarce. Agregó que uno de los motivos de solicitar la declaración de Monumentos Nacionales fue “la demolición de la torre de saltos ornamentales por parte de la municipalidad con una licitación pública, teniendo como antecedente un informe técnico y profesional del estado de la torre luego del desplome de una de sus plataformas, dónde se indicaba que era posible restaurarla”.
Balcarce indicó que esta construcción tiene cualidades arquitectónicas relevantes a nivel mundial como “su pasarela de acceso que se incluye dentro de la categoría moderna de paseo arquitectónico, la cual es posible ver en las obras del gran LeCorbusier en la Villa Savoa o el edificio para la facultad de Harvard. El hecho de encontrar esta joyita con sus características en nuestra ciudad, es algo que mantiene siempre el asombro de la academia”.



