Desde la Municipalidad de Colchane indicaron que ganaderos de la localidad de Cariquima, han acusado millonarias pérdidas por ataques de pumas a su ganado, específicamente corderos y llamas.
Este es el caso de la familia de Máxima Mamani, quien lamenta el ataque a “Cien Lucas”, una llama que fue agredida en el corral junto a otros animales de su ganado y que ahora respira con dificultad y le es imposible alimentarse o beber por sí mismo.
La pobladora señaló que “una puma y sus cachorros perforaron su tráquea, en un ataque nocturno” donde dieron muerte a llamos y corderos transformando “el corral en el escenario de una masacre”.
Según el municipio, desde fines de diciembre que los leones andinos han atacado al ganado y a las aves de corral que los ganaderos crían para su sustento, sumando cerca de 50 los animales afectados. En tanto, los leones andinos están protegidos por ley y su cacería, captura o muerte está penado.
Además, los lugareños relataron que el ganado es una presa fácil, reportando pérdidas millonarias, considerando que cada animal puede venderse en promedio en $300.000 mil pesos.
“El daño que nos hacen a los ganaderos es fuerte económica y psicológicamente, uno invierte en esto. Sabemos que son animales protegidos pero les pido a quienes los protegen que también velen por nosotros porque el daño es enorme”, señaló Máxima.
La ganadera se adjudicó a través de Conadi un fondo de apoyo para la actividad agropecuaria por $4.679.500 pesos, para el mejoramiento genético de su tropa, de los 28 ejemplares adquiridos 18 fueron presa de los depredadores.
Justino Huanca, del Área de Fomento Productivo del Municipio de Colchane, atendió a ocho animales sobrevivientes y afirmó que se pudo constatar “la muerte de diversas piezas de ganado mayor y menor debido al ataque de un predador, que los vecinos aseguran se trata de un puma. Efectuamos limpieza de heridas y vacunación de los animales sobrevivientes”.
Asimismo, Justino manifestó entender la pena que siente Máxima por su llamo y explicó que el animal “es lo que se llama un huachito, es decir, que fue rechazado por su madre y que se crío entre humanos hasta ser aceptado por una tropa de llamos”.
“Para ella es como un hijo así que junto al profesional municipal hizo venir a un pastor pentecostal para lograr por ciencia o por fe que su llamo vuelva a estar junto a ellos”, agregó.