El presidente Gabriel Boric dio a conocer que el Gobierno está evaluando la posibilidad de que en Chile exista una cárcel especial para albergar a “grandes narcotraficantes”, con el fin de evitar la existencia del “contagio criminal”.
La iniciativa busca fortalecer la persecución del tráfico de drogas y el crimen organizado, regulando el destino de los bienes incautados, y robusteciendo la rehabilitación y la reinserción social.
“Las cárceles no pueden ser fuentes delictuales. Las cárceles cumplen dos fines: uno, el sancionar, y dos, debieran rehabilitar; y hoy día no lo están haciendo y sabemos que muchos delitos se coordinan desde las cárceles. Eso tenemos que cortarlo de raíz”, afirmó.
Sobre este anuncio, el ministro de Justicia, Luis Cordero, fue consultado al respecto y señaló que lo dicho por el Presidente se da en un contexto donde “tenemos un número de disponibilidad de plazas detenidas desde el 2012 y se han congelado los proyectos de inversiones e infraestructura en los últimos años”.
Cordero agregó que hay un aumentos sostenido de las persona privadas de libertad, por lo que el mandatario ha dicho que se debe activar “el plan de infraestructura carcelarias que es lo que estamos haciendo con Gendarmería y el MOP”.
En este sentido, el ministro afirmó que el Presidente “ha solicitado que en los diseños de las cárceles que siguen, se aumenten los módulos de máxima y alta seguridad y se evalúen cárceles de mayores características no solo para narcotráfico, sino que también para crimen organizado”.
“Uno de los elementos claves para que tenga éxito el sistema penitenciario, no es solo que las personas cumplan sus condenas, sino que además tengan la posibilidad de rehabilitarse y para eso lo que tiene que hacer el sistema penitenciario, es segregar adecuadamente a las personas para evitar contagio criminológico”, añadió.
Según comunicó Cordero, en la actualidad, el sistema tiene sobre población y las proyecciones no son buenas en relación a privados de libertad, considerando que “tenemos detenidos en nuestras plazas desde el 2012 y tenemos que reactivar ese plan de inversiones y, por lo tanto, para este tipo de crimen la segregación tiene que ser más efectiva por tres motivos: evitar el contagio, para que el cumplimiento de las penas sea efectivo y para que el personal que trabaja en esas dependencias intervenga con toda seguridad”.
Respecto a las cifras, el titular de Justicia informó que “hay casi 42 mil plazas detenidas, en la actualidad el sistema está cerca de 49 mil y el número crítico es de 52 mil, además, el no haber ampliado el número de plazas durante los últimos 10 años, está afectando en la actualidad la disponibilidad de recintos penitenciarios”.