El fiscal de Tarapacá, Raúl Arancibia, contó los detalles del último gran golpe a la organización criminal internacional Tren de Aragua, destacando los allanamientos a locales de comida utilizados como “fachada”; los modernos buses interurbanos requisados, que eran usados para el tráfico; y las alianzas que están haciendo con organizaciones locales para detener el crimen organizado.
Además, Arancibia destacó que en este último operativo que dio cuenta de cierto interés del Tren de Aragua en Chile, donde descubrieron toda una línea de negocios, que había significado la compra de dos buses, de dos pisos, iguales que las máquinas interurbanas, y con los cuales traficaban personas y trasladaban drogas.
El persecutor resaltó que esta interceptación fue “un golpe al patrimonio importante”, considerando que se encontraron más de 140 kilos de drogas en el bus que fue ubicado en la ciudad de Iquique, más las personas que estaban siendo trasladadas desde el norte hacía el centro y sur del país.
“Desde el primer minuto que dimos con la existencia de esta organización (un año y medio), nosotros no hemos dejado de investigarla, ni su asentamiento (…) Muchos llevaban años en Chile y nosotros no sabíamos de su existencia, hasta que se fueron delatando”, indicó en Radio ADN.
Asimismo, el fiscal regional indicó que en este último golpe, no solo se detuvo al bus, interceptado en La Serena, sino que se logró identificar a dos pasajeros que custodiaban la mercadería y al mismo tiempo se concretaron 11 allanamientos en Santiago.
Otro de los puntos destacados por Arancibia es una suerte de “descubrimiento” de la frontera de Chile con Bolivia, ya que antes era conocido por contrabandistas y ahora, a raíz de la inmigración masiva, organizaciones internacionales se dieron cuenta que teníamos a uno de los principales productores de droga a un lado, y otro país con ventajas económicas como lo es Chile.
Según el persecutor, el primer negocio que hicieron fue el control irregular de las fronteras y por las características geográficas, “es imposible controlarla como quisiéramos, siendo un lugar muy beneficioso para la criminalidad”.