El Colegio Manuel Castro Ramos de Iquique informó que, a partir de este martes 13 de junio ajustó los horarios de clases tras la seguidilla de ruidos molestos generados en una obra en construcción cerca del establecimiento, que continúa generando dificultad en estudiantes y comunidad educacional.
Mediante un comunicado, se explicó que “a pesar de que los planes de mitigación realizados por la constructora, dicha situación continúa generando una serie de dificultades en la implementación de la jornada escolar, sobre todo por el ruido que se genera”.
En este sentido, el Colegio realizó gestiones en conjunto con el sostenedor, “para otorgar flexibilidad en los horarios, con el fin de entregar mayor bienestar en la permanencia de las clases. Dicha flexibilización iniciará el martes 13 de junio y tendrá una vigencia inicial hasta el último día de clases del 1º semestre”.
Mientras que los días que regirá el horario con flexibilidad será de lunes a jueves, los viernes el horario se realizará de manera normal hasta las 13:00 horas.
En detalle, las horas de finalización de la jornada y salida de los estudiantes de lunes a jueves será el siguiente: los alumnos de Educación Parvularia, saldrán los lunes y martes a las 13:55 horas y miércoles y jueves a las 14:30 horas.
Los estudiantes de primero a octavo Básico, el horario fijado es de lunes y martes a las 13:55 y miércoles y jueves a las 14:30 horas. En cambio, de 1º a 4º Medio, los lunes, martes, miércoles y jueves, saldrán a las 14:30 horas.
Cabe recordar que, en el mes de marzo pasado, la Superintendencia del Medio Ambiente había ordenado medidas provisionales pre-procedimentales contra la empresa Constructora Diez SpA., titular de la faena de Construcción Habitacional y Comercial Sagasca con Manuel Plaza, Edificio Brava, ubicada en calle Sagasca comuna de Iquique.
En ese sentido, la Superintendencia había señalado que habían recibido varias denuncias por ruidos presentadas por la comunidad colindante a las obras del Edificio Brava, también por reclamos de apoderados y profesores del colegio Castro Ramos, que estarían viendo afectado su normal desarrollo de las clases, producto de los ruidos emitidos desde dichas obras, antecedentes que dieron origen a una inspección ambiental de la autoridad fiscalizadora, donde se registró superación de los límites máximos de nivel de presión sonora establecidos por la normativa, por parte de la empresa.