El gobierno francés se esfuerza en destacar que los disturbios que se han sucedido las últimas seis noches tras la muerte por un disparo policial de un menor de 17 años no son una revuelta social de los barrios sensibles del país, sino que un desencadenamiento de violencia de grupos de delincuentes jóvenes.
“No es el fracaso del modelo francés”, sostuvieron este lunes fuentes del Ejecutivo, e insistieron en que lo que está ocurriendo ahora en Francia es una situación que se vive o se ha vivido en otros países, como Alemania, Bélgica, Suiza o Canadá, y que hay un problema general con jóvenes que recurren a la violencia.
Las fuentes refutaron algunas de las ideas que han circulado -sobre todo en el extranjero- para explicar estos altercados, asegurando que “no es una revuelta de los barrios” sensibles. En primer lugar, porque la inmensa mayoría de sus habitantes están muy enfadados con este desencadenamiento de violencia.
Ellos son los primeros damnificados -destacaron- por la destrucción de cientos de edificios de servicios públicos, como ayuntamientos, escuelas, bibliotecas o comisarías, pero también por el saqueo de comercios y por el incendio de miles de sus coches.
Además, el gobierno insistió en que en los últimos 30 años el Estado ha hecho esfuerzos para esos barrios sensibles, con sucesivos planes de renovación urbana, y en particular desde la llegada al Elíseo en 2017 del actual presidente, Emmanuel Macron, con sus políticas para favorecer la igualdad de oportunidades y la emancipación de los jóvenes.
En resumen, detrás de estos disturbios, lo que hay son “actos de delincuencia” y de “pillaje”, con autores muy jóvenes, como lo prueba que la edad media sea de 17 años y que un tercio de los más de 3.400 detenidos en los últimos días sean menores de edad.
En cuanto a las acusaciones de racismo y de actitudes discriminatorias por parte de la policía, el Ejecutivo negó que éstas puedan generalizarse.
Además, su mensaje a ese respecto es muy claro: “Francia es un Estado de Derecho” en el que la ley se aplica por igual a todo el mundo, y eso incluye a los policías, que no están exonerados de cumplirlas, para los que “no hay un trato de favor” y que están muy controlados.
Más allá de constatar que la intensidad de los disturbios disminuyó en las dos últimas noches, en particular en la del domingo al lunes, el Ejecutivo reconoció que este estallido “está lejos de estar acabado”.
Y aunque reconoció que estos episodios pueden favorecer los discursos populistas, en particular los de la extrema derecha, insistió que la respuesta política debe ser “responsable” y que por su parte no quiere ni estigmatizar a determinados grupos sociales ni fracturar el país.
Se entregó el tercer ocupante del auto que conducía Nahel
El tercer ocupante del vehículo que conducía el joven Nahel cuando murió de un disparo por la policía en Nanterre, que se encontraba en paradero desconocido desde entonces, se entregó para dar su versión de los hechos.
Fuentes policiales y de la Fiscalía de Nanterre confirmaron que este joven de 17 años, que había hecho declaraciones a varios medios de comunicación en los últimos días sobre lo que vio y escuchó, debe prestar declaración ante los investigadores de la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN).
La Justicia abrió una investigación por homicidio voluntario, que es el cargo por el que fue imputado y enviado a prisión preventiva el día 29 el brigadier autor del disparo que acabó con la vida de Nahel, cuando se intentó saltar un control policial en esa ciudad.
El testimonio de este tercer ocupante, como el del segundo, que fue detenido inmediatamente después, se confrontará con los de los dos policías.
Antes de presentarse este joven, del que ha trascendido que tiene antecedentes por saltarse algún control como el propio Nahel, había contado a los medios que estaban transitando en un vehículo arrendado cuando dos policías en moto empezaron a perseguirlos.
Cuando el vehículo se tuvo que detener en un taco, uno de los agentes exigió al conductor -que no tenía carnet- que bajara la ventana y que detuviera el motor.
Según el tercer ocupante del auto, el policía amenazó con dispararle si no lo hacía y lo golpeó con su arma, y a causa de eso Nahel soltó el pie del freno, con lo que el vehículo (automático) se puso en marcha. Fue entonces cuando el policía disparó.
El Prefecto de Policía, Laurent Núñez, desmintió ese testimonio al afirmar que Nahel primero paró el motor pero luego lo volvió a poner en marcha para tratar de huir y fue en esas circunstancias cuando se produjo el disparo mortal.
El agente ahora encarcelado había sostenido en un primer momento que disparó porque el auto, al huir, puso en peligro su integridad y la de su compañero. Sin embargo, las imágenes grabadas por un testigo pusieron en entredicho ese relato.
Los disturbios que se desencadenaron a partir de ese incidente de Nanterre provocaron a la detención de más de 3.200 personas en las últimas seis noches en toda Francia, según señaló este lunes el ministro de Interior, Gérald Darmanin, durante un desplazamiento a la ciudad de Reims.
En declaraciones a los medios, subrayó la “firmeza” con la que se está actuando para hacer frente a esas protestas y subrayó que “esto no tiene precedentes” y que la respuesta “es una demostración de fuerza republicana”.
Gobierno francés negó que haya una revuelta social en curso: “Son actos de delincuencia”
El Ejecutivo sostuvo que tras las protestas, motivadas por la muerte de un adolescente a manos de la policía, hay actos de "pillaje" con autores muy jóvenes.