El presidente Gabriel Boric encabezó la ceremonia de conmemoración de los 50 años del golpe de Estado de 1973, que se realizó en la mañana de este lunes en el Palacio de La Moneda y que tuvo la presencia de presidentes de cinco países y representantes de distintos países del mundo.
En su discurso, el jefe de Estado abordó la democracia, el respeto a los derechos humanos y el Gobierno de la Unidad Popular, pero haciendo énfasis en el mensaje de “nunca más”.
“Hoy, recordamos a quienes defendieron la Constitución y las leyes cuando el Estado de Derecho caía, a quienes fueron perseguidos por sus ideas (…) no es separable el golpe de Estado de lo que vino después. Desde el mismo momento del golpe de Estado se violaron los derechos humanos de los chilenos y chilenas”, expresó el Presidente Boric.
Asimismo, el mandatario aseguró que seguirán insistiendo “de manera incansable que los problemas de la democracia siempre pueden resolverse con más democracia, y que nunca es justificable un golpe de Estado, ni vulnerar los derechos humanos de quienes piensan distinto”.
“Y por eso nos revelamos cuando nos dicen que no había otra alternativa. ¡Por supuesto que había otra alternativa! Y el día de mañana, cuando vivamos otra crisis, siempre va a haber otra alternativa que implique más democracia y no menos”, insistió.
Asimismo, el presidente Boric también resaltó la figura del expresidente Salvador Allende, quien murió en el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973, y recalcó cómo actualmente sus ideas y su propia persona sigue siendo homenajeada en todo el mundo.
“Hace 50 años, ese continuo avance histórico, a veces lento de conquistas para la dignidad del pueblo, se vio amenazado y truncado. Pero aún en las noches más oscuras, hubo quienes valiente lucharon para que no perdiera lo que habíamos avanzado. Los que cortaron un pedacito de historia, los que enterraron sus libros, los que grabaron un cassette”, recordó el Presidente Boric.
Boric enfatizó que la democracia “es el único camino para avanzar en una sociedad más justa y humana, y es un fin en sí mismo”, y recalcó que “los cambios estructurales a los que aspiramos, deben ser respaldados por amplias mayorías, y es nuestra labor convencer y hacer parte a esas amplias mayorías y no culparlas ante nuestros fracasos”.
En este sentido, el jefe de Estado afirmó que “la unidad, de las fuerzas progresistas, es más importante que la permanente tentación de las divisiones identitarias” y recalcó que “no importa el color del régimen que viole los derechos humanos, sea rojo, azul o negro, estos deben ser respetados siempre, y su vulneración condenada sin matiz alguno”.