La Fundación Desierto de Atacama alertó sobre la grave amenaza que enfrentan los Geoglifos de Alto Barranco, ubicados en Caramucho, al sur de la comuna de Iquique, en la Región de Tarapacá, debido a la actividad irresponsable de motoqueros y jeeperos.
Mediante las redes sociales, la Institución denunció que estos dibujos milenarios, que han perdurado siglos en el desierto de Atacama, están siendo destruidos por la incursión de vehículos en la zona.
Los geoglifos, que datan del Período Intermedio Tardío y Tardío, incluso la época Colonial (1000-1540 DC), son considerados un tesoro arqueológico de gran valor.
Según registros del Museo Regional de Iquique, el área donde se encuentran los geoglifos fue un punto estratégico de llegada a la costa desde la pampa, utilizado por las antiguas civilizaciones para acceder a las aldeas prehispánicas costeras como Caramucho, Chanavayita, Ñajo, Guaneras y Patillos, facilitando el intercambio de productos.
El sitio cuenta con una importante aguada al norte del abra, casi al llegar a la cima del barranco, lo que lo convierte en un complejo arqueológico clave para la movilidad ganadera entre valles y el altiplano.
Además, el lugar alberga cinco paneles de arte rupestre monumental, únicos en la costa del Norte Grande, con una iconografía que refleja el contenido político-territorial de la época.
Un artículo llamado “Geoglifos y tráfico prehispánico de caravanas de llamas en el desierto de Atacama (norte de Chile)”, publicado en la Revista de Arqueología Chilena en 2005, describe el complejo arqueológico como un lugar estratégico, con senderos que permitían a los antiguos viajeros descender hasta las caletas de Barranco, Caramucho, Yape, Cáñamo, Patillos y Patache.
El panel principal del sitio incluye 18 figuras orientadas hacia diferentes puntos, destacando la “doble hilera de llamas” y el “rombo escalerado”, que simbolizan el tráfico caravanero de la época.
Desde la Fundación Geoglifos de Tarapacá, en su sitio web, contabilizan un total de 56 figuras en el Cerro Alto Barranco, de las cuales, 14 son atropoformas (rasgos humanos), 10 corresponden a zooformas (camélidos), más de 20 formas geométricas, entre triángulos, círculos, cuadrados, rombos, lineas, flechas y 8 figuras incompletas.
Asimismo, la Fundación Desierto de Atacama hace un llamado a la protección y preservación de estos valiosos vestigios, instando a las autoridades y a la comunidad a tomar medidas para evitar que la historia grabada en estos geoglifos sea borrada por la actividad vehicular irresponsable.