En entrevista con Radio Paulina, el director del Museo Regional y arqueólogo, Luis Pérez, expresó su profunda preocupación por los daños irreversibles infligidos a los geoglifos de Alto Barranco en Caramucho, al sur de la comuna de Iquique, tras actividades irresponsables de motoqueros y jeeperos. Esta alarma fue inicialmente activada por una denuncia pública de la Fundación Desierto de Atacama en redes sociales.
Pérez describió la situación de los geoglifos como “impresionante y lamentable”, subrayando una crisis patrimonial significativa en la región, debido a que son raspaduras delicadas en la arena y tienen hasta miles de años de antigüedad, han sido severamente dañados por el tránsito no regulado de vehículos en el área.
También explicó que estos geoglifos, a diferencia de otros que están formados por rocas, fueron creados raspando cuidadosamente la superficie arenosa, lo que los hace extremadamente frágiles. “Estos diseños geométricos maravillosos, algunos de hasta 50 metros de longitud, se ven destruidos con solo acercarse, dejando huellas permanentes en capas de arena muy delgadas y delicadas”, señaló.
Según los vestigios encontrados en el lugar, los geoglifos, incluyen representaciones que datan de hace más de mil años, e incluso algunas que podrían haber sido creadas durante la llegada de los europeos, con símbolos cristianos e incas superpuestos en los diseños originales.
Desde 2021, el Museo y las comunidades locales de Caramucho, han intentado proteger estos sitios, presentando múltiples denuncias ante la Fiscalía y Carabineros. A pesar de las órdenes de investigar y la entrega de evidencias fotográficas que documentan la destrucción, los esfuerzos han sido infructuosos y el daño a los geoglifos continúa progresando. “Hemos entregado videos y fotografías de las motos encima de los geoglifos a Carabineros, pero hasta ahora no hemos logrado detener esta situación”, lamentó Pérez.
La situación se agravó en 2022 con la realización de un rally que afectó numerosos sitios arqueológicos en la región, a pesar de la oposición del Consejo Nacional de Monumentos. “Han sido años de lucha que hasta la fecha no han dado frutos”, expresó Pérez, destacando que la pérdida de este patrimonio cultural es una tragedia para la región.
En respuesta a esta situación, el Museo ha creado una nueva sala que recrea los geoglifos en 3D y muestra el daño causado como una forma de educar y sensibilizar al público sobre la importancia de preservar estos sitios. “Usamos esto como un detente, un alto, no más”, explicó Pérez, refiriéndose a la estrategia del museo de utilizar reconstrucciones y tecnología para mostrar lo que se está perdiendo.
Pérez también subrayó que dañar un geoglifo no es solo una falta, sino un delito, con sanciones establecidas por el Código Civil chileno. “Nadie puede alegar desconocimiento de la ley; dañar un geoglifo es un delito, sancionado con una multa mínima de 200 UTM y que va a hasta presidio menor en su grado minimo“, indicó, recordando que estos sitios son parte de la herencia cultural y deben ser respetados como tal.
Finalmente, el profesional sugirió que se deberían considerar medidas más estrictas, como el cercado de los sitios o la instalación de barreras viales para proteger estos valiosos recursos culturales. “Es una inversión necesaria para proteger nuestro patrimonio”, concluyó, haciendo un llamado urgente a las autoridades y a la comunidad para tomar medidas concretas que aseguren la preservación de estos tesoros arqueológicos.
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