En el séptimo día de una marcha que comenzó el pasado martes 17 de septiembre, la autodenominada como “Marcha para liberar Bolivia” ingresó a La Paz en la jornada del lunes, después de que miles de personas se sumaran en la ciudad de El Alto.
La movilización plantea un desafío al presidente de Bolivia, Luis Arce, de su mentor y ahora rival, Evo Morales, para que dé solución a la crisis económica y reconozca el liderazgo del expresidente al frente del fracturado partido oficialista, así como su habilitación como candidato en los comicios presidenciales de 2025.
El exmandatario, seguido por mineros y sectores indígenas en primera fila, ingresó a la ciudad sede del Gobierno boliviano por la autopista principal que une ambas urbes en su séptimo día de caminata que inició desde la localidad de Caracollo, en la región andina de Oruro, y que fue calificada por Arce como un “golpe de Estado” en su contra.
Mediante un mensaje difundido en su cuenta de la plataforma X, Evo Morales indicó que la marcha es para decir “basta de corrupción, de un gobierno de familias, de encubrimiento al narcotráfico, de destrucción de la economía del pueblo y de ataque a las organizaciones sociales”.
