Tras el devastador incendio que consumió la histórica Parroquia San Antonio de Padua en Iquique, la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA) de Arica ha llegado a la región de Tarapacá para sumarse a las investigaciones en curso. El equipo se ha unido a los detectives locales con el objetivo de esclarecer las causas del siniestro y evaluar los graves daños al Monumento Histórico.
La parroquia, declarada Monumento Nacional en 1994, es un símbolo cultural y espiritual de Iquique. El incendio, que ocurrió el 10 de octubre, no dejó víctimas, pero la estructura fue completamente destruida, lo que ha generado consternación entre los residentes. Las causas del incendio aún se desconocen, y la investigación está enfocada en determinar si hubo intervención de terceros.
La Subprefecta Maritza Cossio Rodríguez, jefa de la BIDEMA, explicó que el equipo especializado se encuentra trabajando en el lugar del siniestro para investigar los daños.
“Estamos llevando a cabo un análisis exhaustivo del impacto patrimonial y ambiental que ha dejado este incendio. Además, buscamos determinar si hubo negligencia o intencionalidad en el origen del fuego”, afirmó.
Las autoridades municipales han señalado que ya están coordinando esfuerzos con el Consejo de Monumentos Nacionales para iniciar un plan de reconstrucción, aunque el proceso podría tardar años debido a la magnitud de los daños. Asimismo, la comunidad local ha comenzado a organizar colectas y actividades de apoyo para contribuir a la eventual restauración de la parroquia.
La Parroquia San Antonio de Padua no solo era un lugar de culto, sino también un punto de referencia cultural que albergaba actividades comunitarias y celebraciones tradicionales, lo que ha intensificado el dolor de la pérdida para los residentes de la región.