El reciente incendio que dañó gravemente la Iglesia San Antonio y el Convento San Francisco en Iquique ha conmovido a la comunidad. En respuesta a este trágico suceso, el Dr. Alberto Díaz y la Mg. Nicole Cortés, de la Universidad de Tarapacá, ofrecerán una profunda revisión historiográfica del papel que estas estructuras han desempeñado a lo largo de la historia en la sociedad de Iquique.
La ponencia titulada “Desde las cenizas del tiempo y el templo: Historia de la Iglesia San Antonio y convento San Francisco de Iquique” se llevará a cabo el próximo miércoles 30 de octubre a las 17:00 horas en el Museo Regional de Iquique.
Este evento es parte de la conmemoración de los 140 años de la creación de la Provincia Chilena de Tarapacá. La presentación no solo abordará los aspectos históricos y sociopolíticos que influyeron en la construcción de estas emblemáticas edificaciones a principios del siglo XX, sino también la misión compleja de su recuperación en el contexto actual.
El Dr. Díaz Araya, historiador y académico del Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la Universidad de Tarapacá, profundizará en cómo los templos como San Antonio se convirtieron en puntos de referencia cultural y espiritual para los sectores proletarios de la ciudad, vinculados con la industria del salitre y otras actividades laborales de la época.
Según el Dr. Díaz, estos espacios no solo sirvieron como centros de culto religioso, sino también como herramientas de vigilancia y control social dentro de un marco de chilenización y cambios políticos.
La presentación también explorará cómo eventos culturales locales, como el culto semanal a San Antonio y la quema de Judas durante Semana Santa, han reforzado la identidad de las comunidades iquiqueñas a lo largo del tiempo, dotando a estos ritos de un profundo significado social y religioso.
Este análisis historiográfico no solo busca ofrecer una reflexión sobre el patrimonio cultural y religioso perdido, sino también inspirar una discusión sobre la importancia de la conservación y restauración de nuestros monumentos históricos, especialmente aquellos que han sido testigos de la historia y la transformación de nuestras ciudades.