En el marco de la cumbre de líderes del G20, el presidente de Bolivia, Luis Arce, dijo que su Gobierno decidió declarar una pausa ambiental en todas las zonas de la Amazonia que fueron quemadas en los últimos incendios forestales y que está solicitando a los países ricos reconocer el esfuerzo que realizan en el país altiplano para mejorar el medioambiente.
Los últimos incendios forestales en Bolivia le costaron al país más de 7 millones de hectáreas, de acuerdo con las fundaciones medioambientales y el Gobierno. Los expertos afirmaron que este desastre medioambiental supera cualquier otro que haya sucedido con anterioridad.
“Necesitamos recursos no solo para el programa de reforestación sino también para atender una vida sostenible a esos indígenas que viven de los bosques, que han sido afectados por los incendios, pero que necesitan un modo de vida que sea compatible con el medio ambiente y de respeto a la madre tierra”, dijo el jefe de Estado boliviano.
Arce señaló que vino a Brasil a intentar convencer al 80% del PIB mundial sobre las necesidades que tiene el 20% que son los países en vías de desarrollo y precisó que las exposiciones sobre un impuesto a la riqueza, forma parte de la legislación boliviana desde 2021 cuando su gobierno promulgó una ley que cobra un impuesto a las grandes fortunas.
La autoridad boliviana dijo que los discursos de los otros actores claramente minimizan la participación de un Estado y va a contramano del modelo boliviano que considera que la participación del Estado es fundamental para la generación y redistribución de la riqueza.