Según el informe anual de Transparencia Internacional, Perú experimenta su mayor retroceso en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, ya que el país descendió del puesto 101 al 127 en la clasificación global de 180 países.
La puntuación de Perú cayó cinco puntos en los últimos dos años. En 2020, el país alcanzó los 38 puntos, pero en 2021 y 2022 descendió a 36. En 2023, la caída continuó hasta los 33 puntos, y en 2024 llegó a su nivel más bajo, con sólo 31 puntos.
Este bajo puntaje coincide con la gestión de la presidenta del Perú, Dina Boluarte, quien asumió en diciembre de 2022 y viene gobernando en un contexto marcado por crecientes críticas a su gestión y con investigaciones por corrupción en su contra.
En el informe se explica que la desactivación de equipos especializados y la aprobación de leyes que favorecen la impunidad serían algunos de los factores por los cuales la percepción de la lucha contra la corrupción en el país ha descendido de tal manera. Mientras que en temas de inseguridad ciudadana, la corrupción sigue siendo uno de los principales factores que alimenta la crisis de seguridad en el Perú.
Además, más de dos tercios de los países evaluados en el ranking obtuvieron menos de 50 puntos sobre 100, que es el puntaje ideal en temas de esfuerzos anticorrupción a nivel global. A nivel local, el Perú se posiciona entre Ecuador y El Salvador en América Latina y ocupa el penúltimo lugar entre los países de la región que están en proceso de adhesión a la OCDE, solo por encima de México que tiene 26 puntos.
El informe también destacó la relación directa entre la corrupción y la crisis climática. Pues se advierte que la corrupción obstaculiza la adopción de políticas ambientales efectivas y permite el mal uso de fondos destinados a la protección del medio ambiente. Bajo este punto, Perú, con 31 puntos, se encuentra en una situación de alto riesgo.



