El Juzgado de Garantía de Arica decretó prisión preventiva para Ademar Mosquera Ortiz, Ángel David Tegue Valencia, Gleiber Ramón Araya Yajure, Javier Castro Estupiñán, Herney Cundumi Betancourt, Alan Francisco Estacio Batalla, Abigaíl Shirley Ramos Alcázar y Flora Condorio Huanca, imputados por el Ministerio Público como autores del delito consumado de tráfico de drogas. Ilícito perpetrado desde el año pasado en la comuna de Iquique y Santiago.
En la audiencia de formalización, la magistrada Paulina Zúñiga Lira ordenó el ingreso de Ramos Alcázar y Condori Huanca al Complejo Penitenciario Femenino y de Mosquera Ortiz, Tegue Valencia, Araya Yajure, Castro Estupiñán, Cundumi Betancourt y Estacio Batalla al Complejo Penitenciario de Acha, por considerar que la libertad de los imputados constituye un peligro para la seguridad de la sociedad. Además, fijó en 100 días el plazo de investigación.
En la causa, la fiscalía imputó, además, a Castro Estupiñán, Cundumi Betancourt, Estacio Batalla, Condori Huanca, Ramos Alcázar, Mosquera Ortiz, Tegue Valencia y Araya Yajure autoría en el delito consumado de asociación ilícita para el tráfico de drogas; a Estacio Batalla, por tráfico ilícito de armas y municiones; y Estacio Batalla y Ramos Alcázar, por lavado de activos.
Según el ente persecutor, en el marco de una investigación policial denominada “Operación Caleño”, en diciembre de 2024 se tomó conocimiento de la existencia de una organización criminal dedicada al narcotráfico asentada en diversos países del continente, entre ellos Ecuador, Colombia y Bolivia. Organización responsable de la internación de importantes remesas de droga al territorio nacional y que operaba en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, y que buscaba distribuirla a lo largo del país, especialmente en Santiago.
Para lograr este objetivo, la estructura criminal desde la ciudad de Cali, Colombia, decidió enviar a Chile a Castro Estupiñán para captar nuevos compradores de droga. Movimientos que fueron conocidos por tres agentes encubiertos. Asimismo, se logró establecer que los “caleños” mantenían una empresa formal y sociedades de pantalla que eran usadas como fachada para lavar el dinero obtenido por la venta de las drogas.
En los allanamientos se logró la incautación de más de 294 kilos de marihuana que tenían como destino final la ciudad de Santiago. Droga que llegó a la capital en un camión que era monitoreado.
Asimismo, personal policial incautó en los domicilios allanados diversas especies ligadas a los beneficios del tráfico de droga, como televisores, relojes de alto valor, dinero en efectivo y máquinas contadoras de billetes, entre otras especies. Previamente. Estacio Batalla le había entregado a uno de los agentes encubiertos una pistola calibre 32 con seis cartuchos del mismo calibre.