Teherán pidió a Estados Unidos presentar demandas realistas de cara a la segunda ronda de negociaciones nucleares que se celebrará este sábado en Roma, en un contexto marcado por la desconfianza y amenazas cruzadas. El ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, advirtió que “unas demandas poco realistas únicamente reducirán la posibilidad de llegar a un acuerdo”.
Las declaraciones fueron emitidas durante una rueda de prensa en Moscú tras reunirse con su par ruso, Serguéi Lavrov, quien ofreció a Rusia como mediador entre Irán y Estados Unidos, si ambas partes lo consideran pertinente. “Estamos dispuestos a ayudar, a mediar, a jugar cualquier papel que sea útil para Irán y aceptable para EE.UU.”, aseguró Lavrov.
Araqchí insistió en que las negociaciones son indirectas y que su país no puede mantener diálogos directos con Washington mientras persistan las sanciones y la política de “máxima presión”. A pesar de ello, subrayó que Irán participará “muy seriamente y con plena voluntad” para encontrar una solución exclusivamente en el ámbito nuclear.
La Casa Blanca, sin embargo, ha planteado incluir temas como el programa de misiles iraní y su apoyo a grupos como Hizbulá y los hutíes en Yemen, lo que ha sido rechazado por Teherán. “Recibimos mensajes contradictorios”, dijo Araqchí, cuestionando la coherencia del enviado especial estadounidense, Steve Witkoff.
Desde Washington, el presidente Donald Trump no descartó un ataque a instalaciones nucleares iraníes, aunque señaló que “no tiene prisa” porque cree que Irán “tiene la oportunidad de vivir feliz sin muerte”. Mientras tanto, el mandatario ruso, Vladímir Putin, recibió a Araqchí en el Kremlin, donde este le entregó una carta del líder supremo iraní, Alí Jameneí.
Rusia advirtió que incluir temas no nucleares en las negociaciones sería “muy peligroso” y reiteró su respaldo a un acuerdo que se ciña al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Para Lavrov, el objetivo debe ser un pacto “objetivo y mutuamente beneficioso”.



