Desde el Vaticano, el Papa Francisco sorprendió al recorrer la Plaza de San Pedro en Roma a bordo del papamóvil tras la misa de Pascua, saludando a los fieles presentes, a pesar de seguir en recuperación tras una reciente neumonía.
Durante su mensaje de Pascua, leído por un colaborador debido a su estado de salud, el pontífice denunció la grave situación en la Franja de Gaza, calificándola como una “crisis humanitaria indigna”.
Además, la autoridad eclesiástica exigió un alto al fuego, la liberación inmediata de rehenes y el ingreso de ayuda para la población afectada por el conflicto.
Francisco también expresó su preocupación por el alza del antisemitismo a nivel global, defendiendo el respeto a la libertad religiosa y de pensamiento como condiciones esenciales para la construcción de la paz.
Con 88 años y aún convaleciente, el Papa quiso participar activamente en la jornada más significativa del calendario cristiano. Tras su mensaje, se trasladó en el papamóvil por la plaza vaticana, donde fue ovacionado por miles de fieles, incluso bendijo a varios niños que fueron acercados por miembros de seguridad.
La aparición pública del pontífice, que ha reducido considerablemente sus actividades en los últimos meses por razones médicas, fue interpretada como un gesto simbólico de compromiso con la Iglesia y con los temas que marcan la agenda internacional, como los derechos humanos y la defensa de la dignidad de los pueblos afectados por la guerra.



