La mañana del 16 de julio, miles de peregrinos se congregaron en el Santuario de La Tirana para participar en la Solemne Eucaristía del Día de la Virgen del Carmen, en una jornada cargada de emoción, fe y compromiso social.
La celebración comenzó a las 10:00 horas con cantos y alabanzas, y uno de los momentos más significativos fue el descendimiento de la imagen de la Virgen, rodeada de cintas multicolores lanzadas desde el altar. Este gesto simbólico recordó a los fieles que están bajo el manto protector de la “Chinita del Carmen”.
La misa fue presidida por el obispo de Iquique, Isauro Covili Linfati, y concelebrada por autoridades eclesiásticas de la diócesis. En su homilía, el obispo centró su mensaje en el Magníficat de María, al que definió como “un cántico de resistencia, justicia y fe activa”. Afirmó que “el cántico de María es revolucionario” y llamó a restituir su fuerza liberadora desde la mirada de los más sencillos.
Durante su intervención, el obispo abordó distintas problemáticas sociales como la desigualdad, la inseguridad, la corrupción, la crisis ambiental y la exclusión social, además de referirse a leyes que, según dijo, “atentan contra la vida, especialmente de quienes están por nacer”. En ese marco, instó a vivir una esperanza “porfiada y rebelde” sustentada en Dios y la solidaridad.
También advirtió sobre una crisis interna de la Iglesia en cuanto a identidad, vocación y compromiso, proponiendo mirarla como un “taller de restauración” para la conversión y el reencuentro espiritual. En el plano ecológico, criticó prácticas como los vertederos ilegales, la quema de ropa y neumáticos, y llamó a mayor conciencia por el cuidado del medioambiente.
En el cierre de su mensaje, Monseñor Covili hizo un llamado a ser constructores de paz, recordando el dolor provocado por las guerras y solicitando oraciones por los pueblos en conflicto, particularmente por Palestina e Israel.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el homenaje a la Federación de Bailes Religiosos del Norte Grande, que este año cumple 60 años de servicio, reconociendo el compromiso y la fidelidad de las cofradías que año a año rinden tributo a la Virgen del Carmen.
La misa concluyó con la elevación de la imagen mariana y el inicio de la tradicional procesión por las calles del pueblo, marcando el momento culmen de la festividad religiosa más importante del norte de Chile.
