Ayer lunes 28 de julio, Chile y Estados Unidos iniciaron en Washington D.C. una nueva ronda de negociaciones comerciales centradas en los aranceles a materias primas como el cobre. Las conversaciones, que se extenderán hasta el miércoles, son lideradas por delegaciones de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI) y del Ministerio de Hacienda, y forman parte de una hoja de ruta bilateral para abordar temas regulatorios y económicos.
Uno de los puntos clave de la agenda es el arancel del 50 % al cobre que la administración de Donald Trump proyecta aplicar desde el 1 de agosto. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, señaló que Chile solicitará que cualquier gravamen a este recurso se negocie dentro de un marco comercial integral, y no como una medida unilateral. “Un acuerdo que no contemple el cobre u otras materias estratégicas sería incompleto”, advirtió.
Estados Unidos ya ha aplicado aranceles de hasta 50 % a productos como el acero y el aluminio, lo que ha generado preocupación en países exportadores como Chile. Aunque el principal destino del cobre chileno es China, el mercado estadounidense sigue siendo relevante para el sector minero nacional.
En paralelo, el canciller Alberto van Klaveren afirmó que un arancel del 10 % sería una “buena noticia”, siempre que se mantenga como base permanente. Esta alternativa se considera asumible para la industria chilena sin comprometer gravemente su competitividad.
Además del tema arancelario, las delegaciones trabajan en áreas como barreras no arancelarias, economía digital y seguridad económica, que ya fueron abordadas en rondas anteriores de diálogo comercial entre ambos países.



