A pocos meses de concluir su mandato, el presidente de Bolivia, Luis Arce, brindó el miércoles su último discurso por el 6 de agosto en conmemoración del Bicentenario de Bolivia.
Según consigna el medio El Deber, en su declaración, el mandatario boliviano apeló al relato histórico del proceso de cambio que lideró el Movimiento al Socialismo (MAS), exaltando los logros de su gestión y presentando una narrativa optimista sobre el futuro del país. No obstante, el mensaje estuvo marcado por ausencias importantes, especialmente respecto a la delicada situación económica actual.
El jefe de Estado del país vecino afirmó que Bolivia cuenta hoy con “una economía de base ancha y diversificada”, y que la industrialización en marcha representa el camino hacia la independencia económica. También aseguró que su administración deja más de 60.000 obras públicas, un sistema único de salud fortalecido y una infraestructura vial y educativa ampliada.
“Entregamos más de 1.200 infraestructuras educativas, 10 hospitales equipados, tres centros de medicina nuclear y 85.600 viviendas”, detalló.
Asimismo, destacó que se iniciaron 56 proyectos hidrocarburíferos y presentó como uno de los mayores logros el descubrimiento del pozo Mayaya, que según dijo, figura entre los 10 hallazgos más importantes del mundo en 2024.
En el plano internacional, el presidente Arca mencionó la incorporación de Bolivia a los Brics y el Mercosur como avances estratégicos para posicionar la economía en nuevos escenarios globales.
Sin embargo, en su discurso, Arce evitó referencias concretas a los desafíos económicos más urgentes: la escasez de dólares, la falta de combustibles, las dificultades de importación, la pérdida de confianza del sector privado y el deterioro de las reservas internacionales netas, que se encuentran en sus niveles más bajos en dos décadas.



