El Presidente Gabriel Boric llamó este miércoles a los parlamentarios a “votar con una mano en el corazón” el proyecto que crea el Fondo de Educación Superior (FES), iniciativa que reemplaza al Crédito con Aval del Estado (CAE) y que será votada hoy en general en la Cámara de Diputadas y Diputados.
El proyecto, que ha sido tramitado en las comisiones de Educación y Hacienda, genera posturas divididas. Mientras los rectores de universidades privadas han expresado su rechazo a la iniciativa en los términos actuales, los de las universidades estatales y del G9 han planteado reparos —particularmente sobre el copago—, pero esperan que se apruebe.
Desde Coelemu, en la Región de Ñuble, el Mandatario subrayó que la propuesta no debe verse como una victoria o derrota política, sino como un acto de justicia hacia las familias endeudadas.
“Les pido a los parlamentarios que voten pensando en las familias que tienen deudas, en aquellos estudiantes que han pagado a veces más de tres veces lo que les costó su carrera. Esto no se trata de una victoria para el Gobierno, se trata de personas esforzadas que, por una política pública mal diseñada, terminaron con una pesada mochila que les ha impedido surgir”, señaló.
Los estudiantes también han manifestado su apoyo y anunciaron que se concentrarán afuera del Congreso para presionar a los parlamentarios. El presidente de la Federación de Estudiantes de la PUCV, Lukas de la Rosa, afirmó que “vamos a estar afuera del Congreso para presionar un poco a aquellos parlamentarios que no se encuentran a favor del FES. Sabemos que es un proyecto con muchos desafíos, pero confiamos en que se hagan las reformas necesarias”.
Miradas críticas
Desde el oficialismo y la oposición han surgido advertencias sobre los efectos que podría tener el nuevo sistema. El presidente de la Cámara, José Miguel Castro, dijo que la propuesta “me preocupa mucho porque sé que puede traer más problemas a lo que es la educación pública, como lo hemos tenido con la tómbola, por ejemplo”.
La votación en la Sala marcará un hito para una de las promesas más simbólicas del programa de Boric, que busca reemplazar definitivamente el CAE por un sistema de financiamiento considerado más justo y sostenible.
