En la mañana del jueves, la expresidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, salió de la cárcel de Miraflores en la ciudad de La Paz y lo primero que dijo es que “se tuvo que ir el monstruo” para que ella recobre su libertad y para que se reconozca que no hubo golpe de Estado en la crisis de 2019.
“Se tuvo que ir el monstruo para que yo pueda volver a la vida, se tuvo que ir el monstruo para que se reconozca que en este país jamás hubo un golpe de Estado, lo que hubo fue un fraude electoral que nos llevó a todos los bolivianos a reclamar”, agregó.
La exmandataria dijo que jamás se arrepentirá de haber servido a su patria cuando la necesitaba en un momento de crisis como ocurrió en 2019, mientras el entonces presidente Evo Morales renunció a su cargo en medio de una ola de protestas por un supuesto fraude.
Áñez destacó que dio todo lo que tenía que dar por su patria y reconoció que pasó por “un tiempo muy duro y muy doloroso”, pero que esta situación la enseñó a tener “la fuerza de la resiliencia”.
Por último, la ex jefa de Estado envió un mensaje a Evo Morales, quien la acusó de haber promovido un golpe de Estado en su contra. Áñez manifestó que el líder cocalero “es un cobarde que no da la cara, porque se esconde y se ha atrincherado en el Chapare”.
“Le digo que es un cobarde, le digo de que lo que ha hecho con esas niñas menores de edad nos avergüenza a todo el país y al mundo entero. Eso es algo de lo que uno lo tiene que cuestionar, desde todo punto de vista. Es un cobarde porque no da la cara, porque se esconde y se ha atrincherado en el Chapare”; indicó la exmandataria a los medios.
“Por algún motivo que desconozco y que siempre me pregunto, digo: “No puede ser que a la gente tan malvada, de tan mala fe, tan mala de verdad y que no tiene ni un poquito de temor a Dios, le vaya mejor, porque tiene tanta gente que la protege, que, a pesar de todo, se lo perdonan y están ahí, fanáticos, a su lado”, añadió
Cabe mencionar que la expresidenta estuvo detenida durante casi cinco años y logró recuperar su libertad después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anulara la sentencia de 10 años de cárcel que pesaba en su contra por el denominado caso Golpe II.
La exmandataria dijo que, junto a su familia, pasó un “calvario de encierro injusto”, donde la trataron como “a una verdadera delincuente y sin compasión alguna”. Además, indicó que sus hijos tuvieron que mudarse hasta La Paz, para estar cerca de ella.
