La frontera peruano-chilena se encuentra en una situación crítica, con cientos de migrantes varados en el paso entre Tacna y Arica. Estas personas, entre las que se cuentan familias completas con niños, incluso bloquearon temporalmente la carretera binacional exigiendo una solución para poder continuar su viaje de retorno a sus países de origen.
Ante este escenario, el sociólogo Dr. Haroldo Dilla Alfonso –experto en estudios fronterizos y acádemico de la Universidad Arturo Prat– aclaró que no se trata de migración peruana, sino del retorno de migrantes de terceros países.
La mayoría de los varados son ciudadanos venezolanos, colombianos y de otras nacionalidades que estuvieron residiendo en Chile y ahora buscan cruzar Perú únicamente como tránsito hacia sus lugares de origen, sin intención de radicarse en territorio peruano. Dilla subrayó la importancia de distinguir esta situación de una migración peruana típica, para entender mejor la naturaleza del conflicto.
El experto recordó el estrecho vínculo histórico y económico entre Tacna y Arica, ciudades que a pesar de pertenecer a países distintos han funcionado durante décadas como un complejo urbano transfronterizo integrado. Tacna, por ejemplo, ha operado como centro comercial y de servicios para Arica, recibiendo miles de visitantes chilenos que anualmente dejan unos US$100 millones en su economía local. Esa dinámica binacional le imprime un marcado dinamismo económico a la región.
Medidas drásticas en la frontera –como cierres prolongados o controles militares rígidos– interrumpen estos circuitos económicos locales, afectando tanto a comerciantes peruanos como a consumidores chilenos.
Según Dilla, el actual conflicto fronterizo ya ha golpeado esta relación, dejando ver mercados desabastecidos y pérdidas en el comercio bilateral que usualmente beneficia a ambas ciudades. La situación preocupa a las comunidades de Tacna y Arica, acostumbradas a una interacción cotidiana que ahora se ve obstaculizada.
Perú insiste en no dejar entrar a no peruanos
En cuanto a la postura de las autoridades peruanas, Dilla explicó que Perú ha sido categórico en no permitir el ingreso de extranjeros sin documentación regular. “La política del Gobierno es que no permitiremos la migración irregular. No tenemos las condiciones ni las capacidades para recibir más migrantes”, declaró días atrás el canciller peruano Hugo de Zela.
Esta posición se traduce en que solo los ciudadanos peruanos pueden entrar libremente desde Chile, mientras que a los demás se les deniega el paso si carecen de visa o pasaporte vigente.
Perú justifica esta medida señalando que sus capacidades de acogida están desbordadasy que un ingreso masivo de migrantes en tránsito podría agravar problemas de seguridad interna. Dilla señaló que, si bien esta política busca proteger los intereses peruanos, agrava la crisis humanitaria en la frontera, al dejar a cientos de personas varadas en tierra de nadie.
Llamado a acuerdos bilaterales y corredor humanitario
Frente a la tensión creciente, Dilla abogó por una solución coordinada entre ambos países. El especialista respaldó la idea de establecer un “corredor humanitario” acordado bilateralmente, que permita a estos migrantes transitar por Perú de forma segura y ordenada.
La propuesta –impulsada también por autoridades chilenas de la zona norte– consiste en crear un corredor especial Arica–Tacna, para que los migrantes (en su mayoría venezolanos) que desean salir de Chile puedan atravesar Perú, continuar por Ecuador, y finalmente llegar a Venezuela. Esto requeriría que Perú acceda a recibir temporalmente a estos viajeros, bajo coordinación con terceros países, facilitando así su retorno a casa.
Dilla destacó que hace falta voluntad política de ambos lados: “Es necesario establecer de inmediato un acuerdo de esta naturaleza con Perú, y ojalá extenderlo con los países más al norte, de modo que cada familia migrante que quiera volver pueda hacerlo con seguridad y de manera ordenada”. Un corredor humanitario bilateral, según el experto, aliviaría la presión en la frontera y evitaría un desastre humanitario en el desierto.
Decisiones inteligentes y rol de autoridades locales
Finalmente, el Dr. Dilla llamó a tomar decisiones inteligentes y con criterio humanitario, aprendiendo de experiencias previas. Recordó que en crisis anteriores se han tomado medidas unilaterales de cierre o militarización sin consultar a las comunidades locales, lo que derivó en “lamentables separaciones familiares y cortes económicos” que pusieron en aprietos a muchas familias fronterizas. En este sentido, instó a que las autoridades locales de Tacna y Arica participen activamente en la búsqueda de soluciones.
Alcaldes, gobernadores y líderes comunitarios fronterizos comprenden de primera mano la realidad en la zona, por lo que su voz es clave para diseñar estrategias viables. Dilla enfatiza que ignorar a los actores locales lleva a errores costosos –como ocurrió con políticas pasadas, desde zanjas fronterizas infructuosas hasta operativos descoordinados–, mientras que incluirlos favorece medidas más efectivas y humanas.
La población fronteriza no debe pagar los platos rotos de decisiones centralistas mal calibradas, advirtió el experto. En lugar de ello, con coordinación binacional y participación local, es posible encauzar la situación de forma que se resguarde la seguridad nacional sin castigar a las comunidades que habitan la frontera, preservando a la vez la histórica hermandad entre Tacna y Arica.
