¿Has soñado alguna vez con tener tu propio gimnasio en casa? ¿Es cierto que la comodidad de hacer ejercicio en tu espacio privado acaba con la vagancia y las excusas?
El ahorro de tiempo y la privacidad son los principales beneficios de tener un gimnasio en casa, explicó Pascal Bollmann, que tiene una empresa de entrenadores personales y diseño de gimnasios en Freienbach, Suiza.
“El ejercicio no tiene por qué durar media hora o una hora. Algunas veces tienes sólo 10 o 15 minutos. Puede ser temprano por la mañana o mientras haces la cena” dijo Bollmann.
“Muchos de mis clientes son conocidos en el mundo empresarial y suelen estar rodeados de mucha gente. Les gusta tener privacidad para poder relajarse”.
Pero la eterna pregunta es ¿usarías un gimnasio en tu casa? La mayoría de las personas que tiene una cinta para correr en un costoso perchero responde con un claro “no”.
“Mucha gente que instala un gimnasio en casa empieza con entusiasmo y lo va perdiendo. En un buen gimnasio hay camaradería y ves a otra gente haciendo progresos, lo cual te anima a ti. Somos seres competitivos por naturaleza”, explicó Nick Mitchell, fundador de la empresa Ultimate Performance, que tiene gimnasios en Hong Kong, London, Marbella y Singapur.
El primer paso
Dónde y cómo instalas tu gimnasio casero es clave para prever cuánto lo vas a usar, dijo Catherina Sabiston, de la Sociedad Norteamericana de Psicología del Deporte y Actividad Física.
“Muchos gimnasios están relegados en el sótano o en una pequeña esquina de la casa, que son en general los espacios menos atractivos, lo que hace más fácil que te olvides. Cuanta más luz natural tenga y más luminoso sea el espacio, mejor”, añadió.
También puedes pensar en una solución más radical.
“En Suiza, la cocina está más integrada con la sala y el gimnasio se está acercando a esto”, sugirió Bollmann.
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“Puedes crear una zona de ejercicio en el cuarto en el que pasas más tiempo. Además, mucha gente tiene una habitación de invitados, ¿pero con cuánta frecuencia está ocupada?”
¿Qué comprar?
Espacio, presupuesto y objetivos determinarán la lista de máquinas y equipos que compres, pero el factor más crucial no se tiene en cuenta muchas veces.
“La gente me pregunta cuál es el mejor ejercicio que pueden hacer, y les respondo que uno que vayan a hacer realmente”, dijo Sabiston.
Es probable que este ejercicio sea el que disfrutan más de hacer.
Antes de comprar, se recomienda comparar costes con el precio de apuntarse a un gimnasio.
La tarifa media mensual en Estados Unidos es de US$58, según la empresa Statistic Brain.
Esto supone US$696 al año o US$2,088 en tres años, sin incluir el costo del desplazamiento, la ropa de deporte y otros gastos como el uso de los vestuarios.
Entre las máquinas más populares se encuentran las de resistencia, como la de remo, las bicicletas estáticas o las cintas para correr, que sirven para entrenar el sistema cardiovascular.
Las más baratas empiezan en los US$800, llegando a costar hasta US$5.000.
Las máquinas plegables suelen ser más baratas y ahorran espacio, pero tienen un problema.
“No son tan robustas como las estáticas”, explicó Sabiston. “Compra lo mejor que te puedas permitir, aunque sean plegables”, aconsejó.
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Busca garantías de por vida o por muchos años, porque indican más durabilidad que un aparato que ofrece 90 días.
Si tu espacio o tu presupuesto no permite grandes máquinas, una alternativa más barata para aumentar el ritmo cardiaco y ejercitar todo el cuerpo es una cuerda para saltar y las bandas TRX, dijo Bollmann, porque tienen el beneficio añadido de que caben en una maleta cuando viajas.
Las bandas TRX, que él recomienda por su versatilidad, son cintas para hacer entrenamiento en suspensión y te permiten hacer cientos de ejercicios distintos.
Bollmann explicó que también es imprescindible tener un banco para ejercitar las lumbares. “La mayor parte de la gente está sentada todo el día y este aparato es muy bueno para la postura y para fortalecer las nalgas”, dijo.
“Si ya tienes una bicicleta podrías convertirla en una estática comprando un rodillo”, afirmó Sabiston.
Mitchell sugirió que para espacios y presupuestos pequeños se puede utilizar un juego de pesas, un banco ajustable y un armazón de ejercicios.
“Con eso puedes entrenar la resistencia y la fuerza, hacer músculo o ejercicio cardiovascular”.
Estrategias ganadoras
“El mayor error que comete la gente que tiene un gimnasio en casa es no reservar tiempo para hacer ejercicio”, dijo Sabiston.
“Planea cuándo y durante cuánto tiempo vas a hacer ejercicio y díselo a tu familia o a los compañeros con los que vives”.
“Tienes que saber qué quieres conseguir. Necesitas un itinerario, un objetivo a largo plazo, y dividirlo en objetivos a corto plazo. El secreto es siempre intentar hacer un poco más de lo que hiciste previamente”, dijo Mitchell.
Trucos como poner tus zapatillas de correr al lado de la cama o colgar en la pared tu rutina de ejercicios puede ayudar, aconsejó Sabiston.
Si te gusta la tecnología, prueba con los dispositivos que puedes llevar, ya que te pueden animar porque te ayuda a evaluar los progresos.
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“La clave es asegurarse que puedes ponerte retos continuamente. En cuanto se vuelve monótono y aburrido, pierdes el interés”, aconsejó Sabiston.
“Cambia la intensidad, el número de repeticiones, el tipo de aparatos, utiliza tu propio cuerpo en lugar de depender siempre de los aparatos”.
Y, si recaes, no te castigues. “La culpa no es una razón para empezar a hacer ejercicio de nuevo”, dijo Sabiston.
“Tómatelo como una forma de reevaluar lo que estás haciendo. Cambia la forma en que te hablas a ti mismo. Si puedes cambiar tus pensamientos, de más negativos a más motivadores, esto te ayudará a conseguir tus objetivos a largo plazo”.