Después de casi 18 meses de la muerte de la esposa del dictador Augusto Pinochet, Lucía Hiriart les habría dejado una herencia con la intención de que sus hijos y nietos fueran beneficiados de esta mediante porcentajes.
María Verónica Pinochet, hija del matrimonio, habría sido la primera en renunciar a la herencia otorgada por su progenitora, dejando en claro que no estaba dispuesta a recibir ninguna suma. Por lo que le otorgó un poder a su hija Francisca Lucía Ponce para tomar decisiones y derechos.
De acuerdo con información de 24 horas, Marco Antonio Pinochet, otro de los hijos del matrimonio, se sumó a la decisión tomada meses antes por su hermana de renunciar y repudiar la herencia otorgada por Hiriart.
Bajo este mismo contexto, en febrero de este año, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) llevó a cabo la lectura de la herencia en cuestión como parte de una demanda presentada por el organismo contra los herederos.
La acción del organismo se enmarca en los trámites para recuperar cerca de 16 millones de dólares, monto fiscal que fue malversado por Pinochet durante el Golpe de Estado.
El abogado Luis Mariano Rendón señaló que una de las razones para repudiar la herencia es por gastos económicos, es decir, “tener en cuenta que la deuda del patrimonio es mayor que la misma herencia“.