Fallece chofer de Pablo Neruda a los 77 años | Fue testigo clave en tesis de asesinato del poeta

La tesis que planteó Araya en 2011 y que fue respaldada por un sobrino de Neruda, es que el poeta fue envenenado pocos días después del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet.

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Manuel Araya, exchofer del Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, falleció a los 77 años. El hombre de confianza del poeta se encontraba internado hace más de una semana en el Hospital Claudio Vicuña, de la comuna de San Antonio, tras sufrir un aneurisma.

El testimonio de Araya fue determinante para apoyar la tesis de que Neruda fue asesinado el 23 de septiembre de 1973 y fue una de las primeras voces que cuestionaron la versión oficial de que el poeta chileno murió por un cáncer de próstata.

A través de un comunicado publicado en sus redes sociales, el Partido Comunista expresó “sus sentimientos de profundo pesar ante la partida de quien fuera secretario, chofer y colaborador del Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, el compañero Manuel Araya Osorio”.

“Manuel Araya fue clave con su testimonio, su gestión y su valentía para que existieran los elementos que dieron pie a la querella por la muerte del poeta que presentó el Partido junto con su familia”, agregó el conglomerado.

Cabe recordar que la tesis que planteó Araya en 2011, y que fue respaldada por un sobrino de Neruda, es que el autor de “Canto General” fue envenenado pocos días después del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet.

“Neruda era un peligro para Pinochet. Acuérdense de la guerra española y de los refugiados que se llevó en el Winnipeg. A Pinochet no le interesaba que (Neruda) se fuera del país por ningún motivo”, señaló Araya en febrero pasado.

Sin embargo, la justicia no ha validado dicha teoría, además, un panel de expertos ya entregó sus conclusiones a la jueza a cargo del caso de la muerte de Neruda, Paola Plaza, quien debía analizarlas, pero actualmente no hay evidencia científica determinante para avalar la tesis del asesinato.