Con motivo del quincuagésimo aniversario de su fallecimiento, en la jornada del miércoles se realizó una ceremonia en homenaje a Julio Cabezas Gacitúa, funcionario del Consejo de Defensa del Estado (CDE) de Iquique, asesinado durante la dictadura y encontrado en la fosa clandestina de Pisagua.
El acto fue realizado por el CDE para rendir homenaje al abogado procurador fiscal que fue ejecutado político en 1973 y desaparecido hasta 1990 por la dictadura cívico-militar. Al homenaje asistieron el ministro de Justicia, Luis Cordero, y el subsecretario de Derechos Humanos, Xavier Altamirano.
“Hoy rendimos un necesario homenaje a la memoria de Julio Cabezas Gacitúa, distinguido Procurador Fiscal de Iquique y comprometido servidor público, quien defendió con celo y valentía el interés del Estado. Fue ejecutado en 1973 y desaparecido hasta 1990”, indicó el organismo en su cuenta de X.
Julio Cabezas ingresó al Consejo en 1958, como abogado auxiliar en la Procuraduría Fiscal de Iquique, tras obtener su título profesional una vez finalizados sus estudios en la Universidad de Concepción. El abogado colaboró estrechamente en la investigación de eventuales delitos de carácter económico que podrían importar un daño al patrimonio fiscal e investigó actuaciones de algunos magistrados y funcionarios judiciales de Iquique.
Producido el golpe de Estado, el 14 de septiembre de 1973, se le solicitó bajo amenazas a Cabezas junto a otras personas a presentarse en el cuartel de la VI División del Ejército y quedó detenido en el Regimiento de Telecomunicaciones, para luego ser trasladado al Campo de Prisioneros de Pisagua.
A raíz de su arbitraria detención, el entonces Presidente del Consejo, Manuel Guzmán Vial, envió un oficio al General de División expresando la preocupación de la institución por su funcionario. A pesar de ello, Cabezas no fue liberado y fue fusilado el 11 de octubre de 1973, acusado y condenado por el delito de traición a la patria. Ello, tras la celebración de un supuesto consejo de guerra que se habría realizado el día anterior, en el campo de prisioneros de Pisagua.
El abogado procurador fiscal, Marcelo Fainé, afirmó que después de realizarse numerosas investigaciones y búsquedas, tanto el expediente a que se hizo referencia, como las actas del supuesto consejo de guerra nunca fueron ubicadas ni halladas. Tampoco el nombre del abogado que debió representarlo en aquel proceso.
Además, los restos de Julio Cabezas nunca fueron entregados a su familia y fueron descubiertos 17 años después, en 1990, en una fosa común a un costado del Cementerio de Pisagua. Participaron en el hallazgo de la fosa su hijo Patricio Cabezas Rojas y su yerno Bernardo Tapia. Hoy sus restos yacen en el Cementerio de Concón, donde fueron sepultados por sus seres queridos.