En el mundo de la Ingeniería, donde la innovación y el desarrollo son pilares fundamentales, tengo la suerte de estar inmersa en el ámbito educativo, desarrollando junto con estudiantes soluciones innovadoras para problemas que generen impacto.
Ha sido un privilegio presenciar cómo un número cada vez más creciente de mujeres, con habilidades, ideas creativas y proyectos, se suman a este campo con entusiasmo. Su presencia y contribución son un testimonio del cambio positivo y la evolución hacia una mayor equidad de género en la ingeniería, una profesión que históricamente ha sido dominada por hombres.
En estos tiempos, la diversidad de perspectiva es crucial y una ventaja competitiva en cualquier campo; y la ingeniería no es una excepción. Las mujeres aportamos con habilidades únicas que contribuyen a una mejor comprensión de los problemas, generando soluciones que serán más empáticas y tendrán más impacto en comunidades del mundo real. Estas habilidades, no solo complementan las ya existentes, sino que también, ofrecen nuevas formas de abordar y resolver problemas, lo cual es esencial para esta disciplina.
Los invito a que sigamos derribando los prejuicios de género desde una edad temprana. A fomentar el interés y la participación de las niñas en las matemáticas, ciencia y tecnología; algo esencial para construir una generación futura de ingenieras capaces de aportar a la humanización y sostenibilidad cada vez más necesaria en este mundo. Al hacerlo, no sólo estamos promoviendo la igualdad de género, sino también cultivando un campo que valora y respeta las contribuciones de todos, independientemente de su género.