El Banco Central de Chile (BC) decidió este lunes reducir en 25 puntos base la Tasa de Política Monetaria (TPM), dejándola en 5%, en línea con las expectativas del mercado. La medida fue adoptada de forma unánime por el Consejo del organismo y representa el tercer recorte consecutivo en la tasa.
Según el BC, el escenario inflacionario a corto plazo ha mostrado mayores presiones de costos, lo que hará fluctuar la inflación en torno al 5% durante el primer semestre de 2025, como se proyectó en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre. Sin embargo, se espera que la debilidad de la demanda interna mitigue estas presiones en el mediano plazo, permitiendo que la inflación se ajuste gradualmente hacia la meta del 3% en un horizonte de dos años.
El Consejo subrayó la necesidad de actuar con cautela, indicando que evaluará los próximos movimientos de la TPM en función de la información acumulada sobre el desempeño económico.
En su análisis, el BC destacó la resiliencia de la economía de Estados Unidos, el ajuste progresivo de su mercado laboral y la incertidumbre derivada de factores como las tensiones bélicas, la situación fiscal global y posibles cambios en el comercio internacional. Esto ha fortalecido al dólar y generado un aumento en las tasas de interés de largo plazo.
En cuanto a las materias primas, el precio del cobre descendió a US$4 por libra, afectado por la incertidumbre en China y la apreciación del dólar. El precio del petróleo también ha disminuido debido a expectativas de menor demanda mundial y señales positivas en la oferta.
El mercado financiero chileno ha seguido las tendencias globales, reflejando un aumento en las tasas de interés y una depreciación del peso chileno en 6%. A nivel interno, los recortes de la TPM se han transmitido a las tasas de créditos de consumo y comerciales, aunque el crédito bancario sigue mostrando debilidad, especialmente en su componente comercial.
Finalmente, el BC precisó que el consumo privado mostró un dinamismo débil durante el tercer trimestre, mientras que la inversión continúa reflejando una brecha entre el sector minero y el resto de la economía.
La decisión del Banco Central refuerza su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, asegurando una convergencia ordenada hacia la meta inflacionaria en los próximos dos años.