Un preocupante aumento en el número de armas desaparecidas se ha registrado durante este año en Chile. Según datos de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), entre enero y septiembre de 2025 se han reportado 7.648 armas extraviadas, robadas o hurtadas, cifra que representa un incremento del 23,7% en comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 6.181 casos.
De acuerdo con la DGMN, estos registros corresponden a denuncias realizadas por los propios propietarios de las armas, quienes están legalmente obligados a informar cualquier pérdida o sustracción. “Los propietarios tienen la obligación de informar las pérdidas, extravíos, robos o hurtos por escrito a las autoridades fiscalizadoras dentro de las 48 horas siguientes o desde el momento en que se tomó conocimiento, presentando el comprobante de la denuncia o constancia efectuada en Carabineros de Chile o la Policía de Investigaciones (PDI)”, precisa el organismo.
El incremento preocupa a las autoridades, ya que muchas de estas armas terminan en manos de la delincuencia organizada o son utilizadas en delitos violentos. Expertos en seguridad advierten que el aumento puede estar relacionado con una mayor cantidad de armas inscritas en los últimos años, sumado a deficiencias en los sistemas de almacenamiento y control por parte de los particulares.
Fuentes policiales han señalado que, si bien la mayoría de las denuncias corresponden a robos desde domicilios particulares, también existen casos de pérdidas durante traslados o negligencia en el almacenamiento, especialmente en zonas urbanas. En algunos casos, las armas desaparecidas son halladas tiempo después en procedimientos policiales vinculados a asaltos, homicidios o tráfico de drogas.
La DGMN ha reiterado su llamado a reforzar las medidas de custodia por parte de los tenedores legales, recordando que la Ley N° 17.798 sobre Control de Armas contempla sanciones para quienes no cumplan con las normas de seguridad o no informen oportunamente la pérdida.
El organismo también trabaja junto a las policías y el Ministerio de Defensa en la implementación de sistemas de trazabilidad y control más estrictos, con el objetivo de reducir la cantidad de armas que terminan fuera del circuito legal y prevenir su uso en actividades delictuales.



