Hasta el martes pasado el mediodía, cuando La Tercera PM publicó esta nota, las consultas en TVN y en el Palacio de Gobierno arrojaban de vuelta lo mismo: que no había ningún reclamo, observación ni “téngase presente” desde el Ejecutivo ante las dos primeras noches del Festival de Viña. Los desmanes en el frontis del Hotel O’Higgins y en otros sectores fueron sucedidos de los shows de Stefan Kramer y Mon Laferte. Tanto el lunes como el martes, en las graderías se escucharon consignas contra el Presidente Sebastián Piñera y Carabineros.
Los adherentes del gobierno despotricaban en redes sociales (en un momento se popularizó el hashtag “Viña del Marx”), pero hasta ese día en Palacio reconocían que no tenían nada que hacer porque la parrilla de artistas estaba contratada desde antes del 18 de octubre. En resumen, no había mucho margen para contener el viento en contra y al parecer, La Moneda no lo estaba haciendo tampoco.
Eso duró hasta la tarde del mismo día.
Según ha podido reconstruir La Tercera PM, a inicios de esta semana el Presidente comenzó a expresarle a algunos interlocutores suyos -en más de una ocasión, incluyendo autoridades- su molestia por lo que ocurría arriba del escenario. Puntualmente se refería al tradicional mensaje con que la pareja de animadores, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo, arrancó la noche inaugural.
“Este es un evento que honra nuestras raíces y que convoca talentos musicales de Chile y el mundo, y que no sería lo mismo sin ustedes, que lo han hecho suyo hasta transformar a la Quinta Vergara en un espejo de la sociedad”, partió el animador de Canal 13. “Es la casa de ese ser entrañable al que llamamos Monstruo, pero que tiene un corazón enorme que late con fuerza en los pechos de miles de hombres y mujeres, de todas las edades y condiciones. Que hoy, más que nunca, quieren escuchar, pero también ser escuchados. Quieren respetar, pero también ser respetados. Es nuestra gente, es nuestro pueblo, con sueños y esperanzas, pero que saben que un país más próspero y justo se construye con todos y todas. Y algo muy importante: nunca más sin nosotras las mujeres”, siguió su compañera, despertando aplausos y ovaciones.
Cárcamo cerró: “En momentos trascendentales como los que vive nuestro país queremos que nuestro Festival sea un puente que conecte a los chilenos. Quinta Vergara, querido Chile, somos 17 millones de personas. Ustedes que están acá, y quienes están en sus casas, tenemos el mismo sueño: soñamos con un futuro mejor, Mary, ¡Con un Chile Justo! Un Chile diverso e inclusivo. Un Chile con más y mejores oportunidades para todos los que están acá, en sus casas, y también para los que vendrán, Mary. Un Chile igual, ¡en dignidad y derechos! Un Chile fraterno, un Chile unido”.
A Piñera no le desagradó lo que ambos dijeron, sino lo que no dijeron. Concretamente, comentó que por qué no criticaron la violencia ni dijeron que ésta no era el camino, habida cuenta -además- que para el día de la obertura había habido serios desmanes alrededor de la Quinta Vergara. Desde su perspectiva, había un precedente que podría justificar su molestia y reparos.