Un total de 3.570 decesos por covid-19 que no pasaron por ninguna sala de hospital. Es lo que muestra el informe epidemiológico más reciente, que detalla el antecedente de hospitalización de los 13.854 fallecidos con covid-19 con y sin confirmación de laboratorio debidamente notificados en Epivigila. Corresponde, en proporción, al 25,7% de las defunciones causadas por el virus.
2.817 de esos decesos ocurrieron en la Región Metropolitana, que concentra el 78,9% de las muertes sin hospitalización. Con respecto a la propia región, dichos fallecimientos correspondieron a un 28,6% de las 9.830 muertes que han ocurrido entre marzo y octubre.
Se trata del segundo porcentaje más alto a nivel nacional después del registrado en Magallanes, donde un 32,4% de los 114 fallecidos no pasaron por un recinto clínico. La excepción, prácticamente anómala, está en Aysén, donde el único fallecido no fue hospitalizado. Por ello, el indicador aparece con un 100% de ocurrencia.
Las regiones donde esta variable está menos acentuada son la del Biobío (10,5%) y Los Lagos (10,6%). También es más baja la cifra en Arica y Parinacota (12,5%). En cambio, en Antofagasta representan un 24,5% de las muertes totales, en Coquimbo un 23%, en Tarapacá un 22,1% y tanto en O’Higgins como en Los Ríos corresponden a un 20% de los decesos por causa de la pandemia.
Tasa de letalidad y muertes por género
El informe también entrega el detalle de la proporción entre los pacientes fallecidos, con o sin hospitalización, con respecto al total de contagiados en cada región, lo que se conoce como tasa de letalidad.
En Chile, nuevamente el peor caso está en la RM, donde el indicador está en un 3,8% del total de casos acumulados. Le sigue Valparaíso, con un 3,7%. En contraste, la región con menor tasa de letalidad es la de Aysén (0,8%), la única por debajo del 1%. También es baja en Atacama (1,5%), Biobío (1,9%) y Magallanes (1,4%).
Con respecto al perfil de los fallecidos, tanto en el caso de las muertes confirmadas como de las sospechosas de haber portado el virus, la mayoría de las víctimas son hombres. En el primer caso, 57,6% de los decesos son de población masculina y 42,4% femenina. En el segundo, son 55,1% y 44,9% respectivamente.
La diferencia en la mortalidad de ambos sexos se da sobre todo en la población más joven: en el rango de víctimas confirmadas de entre 50 y 59 años, el 66,9% corresponde a hombres, y tanto entre quienes tienen 40-49 como 60-69 años equivale a un 64% del total de muertes. En cambio, entre quienes fallecen con más de 80 años, la mayoría son habitantes femeninas: el porcentaje de víctimas masculinas baja a 47,1%.