En el día internacional de la mujer indígena, la constituyente Alejandra Flores, señaló que si bien desde la creación de la Ley Indígena tras la recuperación de la democracia en Chile, mucho se ha avanzado, Chile debe actualizarse a la par de lo que ocurre con la legislación internacional, considerando que Naciones Unidas habla de pueblos indígenas y no de etnias.
“Es necesario revisar el vocabulario que utiliza CONADI, porque somos pueblos indígenas. Si bien la Ley Indígena nos reconoce como etnias, la legislación internacional nos reconoce como pueblos; entonces, sin duda, hay que actualizar la Ley Indígena”, afirmó la constituyente, mencionando que es uno de los temas que está presente en este proceso constituyente. Además, precisó que la crítica la hace desde un sentido positivo para seguir avanzando.
En el marco de esta conmemoración internacional, Flores envió un saludo “a todas las mujeres pertenecientes a los pueblos originarios que dieron vida a este país. ¡Feliz Día kullallanaka!”. También envió un reconocimiento a la Asociación Nacional de Mujeres Rurales Indígenas, ANAMURI.
La convencional constituyente Flores fue invitada a participar de una jornada en línea organizada por la CONADI Sub-Dirección Norte, siendo destacada junto a otras mujeres indígenas de Arica-Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama.
“Quiero agradecer a CONADI, por esta actividad que destaca y valora el aporte de 10 mujeres indígenas de cada región del norte. Sin duda, somos un pequeño grano del aporte de las mujeres indígenas a sus familias, comunidades, región y país”, expresó durante el encuentro virtual.
En esta actividad manifestó que era “un gusto compartir con tantas mujeres de pueblos originarios, mujeres con las cuales nos hemos encontrado en tantas luchas por nuestros pueblos, por nuestros idiomas, por nuestra cultura, por nuestra tierra. Sin nuestro territorio no somos pueblo, sin nuestro idioma tampoco”, remarcó.
El día de la mujer indígena se definió en homenaje y reconocimiento a Bartolina Sisa, luchadora aymara de Bolivia, que se levanta como símbolo emblemático de las luchas anticoloniales de América Latina. Esta heroína fue atada a la cola de un caballo con una soga atada a su cuello, provocando su muerte el 5 de septiembre de 1782.
Su cabeza fue colgada en la localidad de Jayuyayu, provincia de La Paz, acto con el que se pretendió amedrentar a los aymaras y quechuas que luchaban por terminar con los abusos de los conquistadores. Sin embargo, la lucha de Bartolina sigue siendo inspiradora para las mujeres indígenas de Latinoamérica.