En una reunión con el delegado presidencial de Tarapacá, Daniel Quinteros, el gerente general de la sociedad concesionaria Rutas del Desierto, Javier Zúñiga, expuso una preocupante situación: entre 2021 y 2022, la compañía sufrió más de 200 delitos de robo a la infraestructura pública en la región.
Según Zúñiga, esta problemática afecta actualmente a 6 enlaces de la Ruta 1 y a 4 enlaces de la Ruta 16, representando el 43,5% del sistema de iluminación de la obra pública concesionada. Para contrarrestar esta situación, la empresa ha invertido más de MM1.992 en la reconstrucción de sistemas de iluminación, con MM$349 en 2022 y MM$1.490 en 2023.
El grave problema de seguridad ha llevado a Rutas del Desierto a presentar 55 querellas en la fiscalía de Iquique, Alto Hospicio y Pozo Almonte contra los responsables de los delitos de robo de bienes nacionales de uso público.
A pesar de las medidas de seguridad implementadas, los robos continúan, especialmente en las instalaciones eléctricas de las Rutas 1 y 16. Ante esta situación, la concesionaria hace un llamado a la colaboración ciudadana y ofrece canales de comunicación, como el sitio web www.rdeldesierto.cl y el teléfono de emergencia 800 370 770.
Zúñiga resaltó la importancia de participar en la mesa de trabajo sobre el robo de cables en Tarapacá, liderada por el delegado presidencial, para coordinar estrategias con las autoridades y prevenir estos delitos.
La concesión Alternativas de Acceso a Iquique incluye dos importantes autopistas: la Ruta A1, una vía de doble calzada con 31,4 km de extensión que une el aeropuerto internacional Diego Aracena con el sector Bajo Molle en Iquique, y la Ruta A16, otra autopista de doble calzada con 47 km de longitud que se inicia en su conexión con la Ruta 5 Norte en Humberstone y se extiende hasta la rotonda El Pampino de Iquique.
Ambas rutas atraviesan las comunas de Pozo Almonte, Alto Hospicio e Iquique, y el robo constante de cables de cobre a lo largo de estas vías está poniendo en peligro la seguridad de toda la comunidad. Este problema afecta no solo la infraestructura vial, sino que también representa un riesgo para la vida de conductores, peatones y trabajadores viales en la zona.