Un total de 87 migrantes salieron de Chile este miércoles en un vuelo de expulsión, cuyo despegue desde la base de la Fuerza Aérea de Iquique contó con la presencia del ministro del Interior, Rodrigo Delgado.
De los 138 inmigrantes que iban a ser expulsados este miércoles desde Iquique, 87 fueron los ciudadanos colombianos y venezolanos que partieron en el vuelo desde el Aeropuerto Internacional Diego Aracena. En tanto, el resto corresponden a ciudadanos peruanos y bolivianos que serán trasladados en buses a sus países.
Al respecto, el ministro, afirmó que solo 11 son devueltos a sus países por procesos judiciales, y el resto cursaba procesos administrativos.
Por su parte, los migrantes que dejaron el país denunciaron que fueron notificados mientras guardaban cuarentena en residencias sanitarias y que, si bien les dieron 24 horas para defenderse, resulta imposible por lo corto del plazo y porque no pueden abandonar el lugar.
Según informó el medio nacional El Desconcierto en base a lo relatado por los propios migrantes, las notificaciones de la expulsión se hicieron en plena noche del martes, entraron funcionarios de la PDI a las piezas donde los despertaron con gritos y les apuntaron a la cara con linternas.
Asimismo, la Comisión Chilena de Derechos Humanos se refirió a la expulsión de los migrantes en Iquique e indicó que vulnera los derechos humanos, y constituye un claro acto de racismo.
Finalmente indicaron que el procedimiento se realizó con una cobertura mediática cuyo objetivo es ocultar la grave crisis de derechos humanos que vive el país.
