Las historias de vida de la familia Varela Astudillo y de Laura Monsalves son un ejemplo de esfuerzo y perseverancia, pues con tenacidad fueron capaces de transformar un oficio en negocios familiares debiendo sortear las dificultades económicas generadas por la pandemia, pero que hoy viven una etapa de reactivación con apoyo del “Plan Impulso Tarapacá” de Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi.
Ubicados en caleta Chanavayita, al sur de Iquique, el restaurante “Pedro El Pescador” y el almacén bazar “La Laurita” son dos de los 22 negocios del borde costero sur de Iquique beneficiados con mobiliario ecológico a través de esta iniciativa de Collahuasi, que busca ayudar a reimpulsar a las micro, pequeñas y medianas empresas de la región en este contexto pandémico. Dicho aporte incluyó paneles y tótems sanitarios, terrazas, y mobiliario para uso en exteriores y para atención de público, junto con insumos sanitarios que aportarán a la continuidad y fortalecimiento de sus emprendimientos.
“Pedro El Pescador” es un pequeño local gastronómico creado a partir de la venta de empanadas desde la ventana de una cabaña, cuyo propietario es el pescador Pedro Varela de 86 años y su familia. El espíritu emprendedor de sus hijos Óscar y Gerson fue el motor para hacer de esta vivienda en la playa un restaurante. Para lograrlo, estos hermanos la ampliaron y reacondicionaron, con el fin de recibir comensales y ofrecer una variedad de platos basados en productos frescos del mar, a partir de las habilidades culinarias de su madre Sara Astudillo.
“En estos últimos tres años, construimos este lugar que nos ha costado esfuerzo y lágrimas, pero también muchas alegrías. Cuando partimos, el restaurante se llamaba Pasos del Mar, pero cambiamos el nombre en honor a mi papá, quien es el único viejito pescador que va quedando en la caleta que llegó cuando tenía 20 años y comenzó a trabajar en la mar, comenta Oscar.
La pandemia significó una paralización total de “Pedro El Pescador”; por lo que esta familia se reinventó comercializando colaciones a domicilio hasta que pudieron reabrir el restaurante, bajo las medidas sanitarias que exige la autoridad. “Estuvimos casi un año cerrados, pero estamos saliendo adelante. Collahuasi nos dio este mobiliario, que es de gran ayuda ahora que reabrimos y estamos recibiendo más visitantes. Vienen familias completas a comer pescado, ceviche, pastel de jaiba, mariscos y otros productos de la zona costera”, señala Gerson.
Por su parte, “La Laurita” es un establecimiento administrado por Laura Monsalves, quien tiene otra historia de tesón que contar. Oriunda de Rancagua, la búsqueda de nuevos horizontes la trajo a Chanavayita hace 20 años para trabajar en un restaurante de la localidad, pero con el sueño de independizarse y generar ingresos propios.
Fue cuestión de tiempo para que esas ganas por emprender resurgieran y así vio en la preparación casera de tortillas con chicharrones un incipiente negocio, que finalmente le permitió abrir su propio local hace 10 años, el cual ha diversificado y equipado como almacén, bazar y amasandería con apoyo de proyectos gubernamentales y otros aportes como el “Plan Impulso Tarapacá”.
Hace unos meses, esta emprendedora sufrió un grave accidente de tránsito que limitó su movilidad, debiendo someterse a intervenciones quirúrgicas y manteniéndose hasta ahora en recuperación. Pese a ello, no claudica en seguir trabajando por su bienestar y el de su familia. “Soy una mujer que lucha todos los días y no me doy por vencida. Gané porque estoy paradita y mi negocio está mejor y más bonito. La pandemia nos afectó, pero tengo el apoyo de mi esposo que es camionero y trajo cosas del sur que vendíamos; y así fuimos tirando para arriba estos meses. También estoy realmente agradecida de Collahuasi por todo lo que hacen, como la entrega de estos mobiliarios en madera”, afirma.