La exministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, quien renunció al cargo luego que se revelara la llamada que realizó una de sus asesoras al líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, defendió el contacto con el jefe de la CAM, asegurando que no existían razones para que no se produjera.
La exministra señaló al diario La Tercera que “en el momento en el cual se produce la llamada -independiente de que haya sido de parte de la persona que la hizo-, no había ninguna razón para no conversar con Llaitul. ¿Por qué? Porque en ese momento la posición que teníamos en el Gobierno era que había que conversar, que las personas no se perseguían por sus ideas, sino que por sus hechos”.
“Fue una coincidencia desafortunada, porque el llamado que hizo la asesora lo hizo alrededor de las 5 de la tarde, y a las 6 y media se conoce que Llaitul había dicho que había que empezar a prepararse. Sin embargo, una semana después de eso, el Presidente Boric dijo claramente que a las personas no se les persigue por las ideas, sino que por los hechos”, agregó.
Vega indicó que “en ese momento no había ninguna razón para pensar que había personas proscritas para ese diálogo, en particular esta persona. Distinto es la situación que ocurrió después. Y en ese caso, por cierto, uno no dialoga con las personas que están por la vía violenta”.
Al ser consultada sobre el porqué de la renuncia si el escenario era el que ella expuso, la exministra indicó que “en mi renuncia hubo una decisión que fue más bien política de mi parte. Estábamos a una semana del Plebiscito en el cual habíamos luchado incluyéndome para cambiar la Constitución de Pinochet”.
“Era el momento clave. Y este episodio, que hubiera sido irrelevante en cualquier otro momento, se podía transformar en un arma política contra el Gobierno y en un elemento que podía tener la posibilidad de pesar en alguna persona para no votar Apruebo”, complementó.
Vega explicó que a su parecer, “me pareció de mínima responsabilidad política que lo más sano y lo que producía menos daño o menor riesgo de daño era renunciar, porque la cosa se cortaba ahí. A lo mejor si hubiera sido una semana después del Plebiscito, dos meses antes del Plebiscito hubiera sido distinto. Pero ahí se conjugó un momento que, desde el punto de vista político, me parecía que era muy delicado”.
Respecto a si el Gobierno sabía de este contacto con Llaitul aseguró que “nosotros teníamos reunión de coordinación permanente y en esas reuniones lo que iba ocurriendo se iba informando. Cuando digo se iba informando, probablemente la información no es ‘mira hablé el día 5 con Perico Pérez, el día 4 con XX’, pero sí que estábamos conversando con comunidades, con líderes del pueblo mapuche, lafkenche, huilliche, con representantes de los empresarios, con las forestales”.
También, afirmó no recordar que en alguna reunión se conversara específicamente de Llaitul y explicó que “en ese momento no era un tema tan particular como es ahora, que es un ícono. Era un contexto diferente, no daba para una conversación”.
Respecto a si tuvo contacto real con Héctor Llaitul, la exministra Vega indicó que “nunca, jamás conversé con él” y aseguró que no tiene “cuentas pendientes con nadie en el Gobierno”.
“Tengo un tremendo agradecimiento de haber sido parte del equipo del Presidente Boric. En política, como dice una amiga mía, no es que es sin llorar, sino que hay que llegar llorados”, añadió.
Asimismo, indicó que “lleva muchos años en esto, la gente me conoce y, por lo tanto, un episodio de este tipo es difícil sostener que en realidad en ese momento me pegué en la cabeza. No me pegué en la cabeza, no había ninguna razón para no hablar con Llaitul.
“Y lo que hubo simplemente fue una serie de coincidencias desafortunadas, que muchas veces generan este tipo de episodios”, aseveró.



