Autoridades japonesas confirmaron, tras días de incertidumbre, que la bola gigante de metal que apareció en las playas de la ciudad de Hamamatsu era simplemente una boya.
El misterio empezó cuando una mujer que transitaba por la zona divisó el objeto y denunció su aparición durante la mañana del 22 de febrero. Fue descrito como una esfera con un diámetro de 1,5 metros. En el momento, al desconocer su origen, los funcionarios restringieron rápidamente el acceso a un área que abarcaba un radio de 200 metros mientras investigaban.
Asahi News señaló que al estar oxidada, probablemente estaba hecha de metal. Las imágenes de Fuji News Network (FNN) mostraron a funcionarios vestidos con equipos de protección rodeando el objeto con equipo especializado.
Tras días esperando la confirmación, el experto, Hiroyuki Yagi, de la Oficina de Gestión de Costas y Ríos de Hamamatsu, confirmó al New York Times que el objeto efectivamente se trataba de una boya extraviada.
En esa misma línea expresó que dicha boya “acabará convertida en basura”.
Las teorías
A pesar de que muchos usuarios de redes sociales estaban seguros de que el objeto se trataba de una boya, no solo por su forma, sino por el lugar en el que apareció, otros descreídos dijeron antes de la investigación que a simple vista parecía tratarse de una mina submarina. Sin embargo, rápidamente esta idea fue descartada por las autoridades apenas se comprobó que el objeto era hueco.
El contexto mundial colaboró con las teorías conspirativas, especialmente relacionadas con el espionaje. El descubrimiento coincidió con la aparición de supuestos globos espías chinos en Estados Unidos que fueron derribados por el ejército norteamericano.
Revelan qué era la bola gigante de metal que apareció en playa de Japón
El contexto mundial colaboró con las teorías conspirativas, especialmente las relacionadas con el espionaje, pues el descubrimiento coincidió con la aparición de los supuestos globos espías chinos que fueron derribados por el ejército en Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades japonesas ya confirmaron su verdadero origen.