El ministro de Patrimonio, Amichai Eliyahu, dijo en una entrevista de radio que no estaba totalmente satisfecho del alcance de las represalias israelíes en el enclave palestino tras el brutal ataque de Hamás el 7 de octubre.
Al consultarle el periodista sobre si la solución sería “una especie de bomba nuclear” en toda la Franja de Gaza para “matar a todo el mundo”, el ministro respondió: “es una opción”.
Cuando el periodista le señaló que eso implicaría un alto precio para Israel, Eliyahu dio a entender que estaba dispuesto a poner en peligro la vida de los más de 240 rehenes retenidos por Hamás en el enclave.
“En una guerra, se tiene que pagar un precio. ¿Por qué las vidas de los rehenes (..) son más importantes que las de nuestros soldados?”, dijo.
La oficina de Netanyahu se apresuró a reaccionar tras estos dichos y denunció unas declaraciones “desconectadas de la realidad”. El ejército israelí hace todo lo posible para evitar atacar a “los no combatientes” en Gaza, agregó.
Además, como consecuencia Netanyahu suspendió la participación del ministro en las reuniones del gobierno “hasta nueva orden”.
En tanto, el gobierno de Arabia Saudí condenó “en los términos más fuertes” las declaraciones del ministro de Patrimonio israelí. Los sauditas agregaron que esas declaraciones son una muestra de cómo ha penetrado el “extremismo y la brutalidad” entre los miembros del Ejecutivo de Israel.
Por otro lado, Netanyahu rechazó de nuevo cualquier posibilidad de un alto el fuego hasta que Hamás no libere a los más de 240 rehenes que mantiene cautivos.
En tanto, el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, afirmó que Israel bombardeó anoche el campo de refugiados de Al Magazi, matando a 45 personas, la mayoría niños y mujeres.